Andrés Acosta: el soñador que susurraba a las estrellas, por Clara Buedo
Recuerdo la primera vez que le vi. Era verano. En un pequeño pueblo de La Mancha. En mi pueblo es el único momento en el que puedes ver forasteros (así llamamos a los que viven más allá de 100 km de la circunvalación de Atalaya del Cañavate). Su meloso acento canario y esos ojos profundos y desafiantes que parecían querer acorazar una personalidad reservada y muy sensible, pronto conquistaron al personal. A mí, la primera. Posiblemente nadie vaticinaría que tras aquellos Merengues conquenses y unos cuantos cubatas en vaso de plástico, el encuentro echaría raíces. Pero así fue. Qué hacía Andrés Acosta en un pequeño pueblo de La Mancha, eso es harina de otro costal…
Pero también recuerdo aquellos cafés en Madrid. Su juventud no hacía mella en su enorme entusiasmo. Cada sorbo era un sueño. Aún sin cumplir, pero de lo que quizás aún no éramos conscientes es del enorme poder de las palabras. En aquella mesa chiquita de un bar cualquiera en un barrio madrileño se hilvanaron sueños, se pespuntearon deseos, y la ilusión se bordó con un resistente hilo de esperanza. Tras la perspectiva que aporta el tiempo, hoy ambos podemos decir que la RAE no tiene razón, porque “SOÑAR: verbo transitivo/verbo intransitivo 2. Imaginar, generalmente con placer, una cosa que es improbable que suceda, que difiere notablemente de la realidad existente o que solo existe en la mente, pero que pese a ello se persigue o se anhela”, es justamente lo que hace que la vida sea interesante. Porque los sueños, querida RAE, sí se hacen realidad…
ABSTRACT: Andrés Acosta, Islas Canarias, 1987. Sagitario. Estudió Publicidad y Relaciones Públicas en Madrid. Comenzó su trayectoria profesional en el área editorial de la mano del grupo CondéNast España. De estilista pasó a director de moda de la revista Traveler, cargo que ha ostentado durante 6 años. Tras 11 años de peregrinaje en el mundo de los sueños, el 11 del 11 presentó su primera colección de 11 vestidos bajo el nombre de La Divina Presencia #TheDivinePresence. Puro misticismo. Piezas elaboradas con mimo, con precisión, materia prima de excelente calidad –desde el haz al revés-, bordadas a mano con cristales y piedras preciosas que siguen patrones orgánicos que intentan conectar con el alma y abrazar el cuerpo de la mujer. Vestidos talismán cargados de energía con los que Andrés Acosta ha decidido rendir un sentido homenaje a la mujer. Pero… Mejor que nos lo cuente él.
C.B.: Cuéntanos en qué momento surgió la idea de crear tu propia marca y porqué.
A.A.: Empecé a crear mis primeros figurines a los 14 o 15 años y ha sido con el paso de los años cuando das sentido a lo que en un primer momento era tan solo una diversión. Llevo casi diez años trabajando en comunicación de moda y ha sido una etapa clave en esa evolución. He sido un privilegiado, y gracias a mi trabajo como estilista, por mis manos han pasado las creaciones de muchos de mis ídolos. Llegó un punto en el que necesitaba que esos cientos de bocetos que había acumulado durante años se materializaran y fue entonces cuando puse fecha en el calendario y me propuse hacer realidad lo que con el tiempo se había convertido en mi sueño.
C.B.: ¿Por qué ese estilo tan marcado de costura?
A.A.: En 2012 viajé a París para realizar mi primer reportaje de Alta Costura. Este fue también un viaje de vuelta hacia mis orígenes. Todas las mujeres de mi familia son hábiles costureras y artesanas en los bordados de seda de la isla de La Palma y desde entonces recuperé el gusto por lo hecho a mano, por los materiales nobles. Hoy en día la moda está sometida a ciertos dictados y a unos ritmos que te hacen olvidar quién está detrás de una prenda y es la marca la que tiene el poder. He querido recuperar ese gusto por la costura de siempre y también homenajear a todo ese talento que me ha rodeado desde niño.
C.B.: ¿Qué tipo de mujer puede llevar tus diseños?
A.A.: Cada mujer es diferente, única e inspiradora. Cuando una mujer fija su mirada en un vestido comienza una historia de amor y eso es para mí muy enriquecedor. Siento que soy parte de ese vínculo.
C.B.: Tus diseños tienen cierta influencia estelar, ¿nos lo explicas?
A.A.: El ser humano desde siempre ha mirado al cielo en busca de respuestas. En ese sentido, mi colección se inspira en el diálogo entre una mujer y las estrellas pidiendo a éstas que le otorguen su capacidad de brillar. Por ello la explosión de color y la riqueza en bordados (todos creados a mano, lentejuela por lentejuela, cristal por cristal) en la colección. Las estrellas desde la tierra se observan blancas, pero en realidad son cuerpos celestes multicolores.
C.B.: Háblanos un poco del proceso de creación.
A.A.: Mis bocetos son bastante precisos. Disfruto especialmente esa parte en la que plasmas sobre el papel lo que poco a poco va fluyendo desde el imaginario. No tengo normalmente una idea preconcebida de lo que voy a diseñar. Me siento a dibujar y dejo que fluya. Luego viene la investigación y las pruebas con los materiales adecuados para cada construcción y poco a poco comenzamos a convertir ese boceto en algo real. Los vestidos están confeccionados y bordados íntegramente en Madrid. Me siento muy afortunado de haber podido encontrar un equipo tan cuidadoso y tan humano. España es cuna de grandes talentos y es muy importante que demos valor a lo nuestro.
C.B.: De tu colección, ¿qué piezas son las más especiales para ti?
A.A.: No podría darte una respuesta a esta pregunta. Este ha sido mi primer embarazo y ¡he tenido 11 hijas de un solo parto! Cada una es diferente de la otra y todas tienen algo especial para mí.
C.B.: ¿Estás pensando en nuevos diseños? ¿Serían en la misma línea que los actuales?
A.A.: Siempre que puedo dedico tiempo a crear nuevos bocetos y, por supuesto, el siguiente paso es presentar una segunda colección. “La Presencia Divina” es un tributo al cuerpo de la mujer. Mis diseños juegan con la silueta femenina, crean formas orgánicas que recorren el cuerpo y dibujan patrones que llevan mi sello como diseñador. No es una colección minimalista… ¡yo tampoco debo serlo!
C.B.: ¿Dónde van a estar a la venta tus diseños?
A.A.: Mis vestidos son piezas únicas creadas a medida para cada mujer. Ofrecemos un servicio completamente personalizado. Quiero recuperar el diálogo con la clienta y adaptarme a cualquiera de sus necesidades. En mi página web (www.andres-acosta.com) podrán encontrar fácilmente mis datos de contacto.
C.B.: ¿Y ahora qué?
A.A.: Desde hace no mucho tiempo estoy aprendiendo a disfrutar cada momento sin anticiparme a lo que el futuro me deparará. Creo que todo llega poco a poco. Haber podido presentar mi primera colección es para mí un éxito. Tengo la suerte de que mi trabajo es también mi pasión y sin duda es lo que quiero seguir haciendo el resto de mi vida.
C.B.: Ahora que eres diseñador, ¿cuándo vas a lanzar tu primer perfume?
A.A.: En el instituto estudié bachillerato de Ciencias de la Salud y debo confesar que cuando tuve que elegir carrera universitaria, solicité plaza en tres carreras que muy poco tienen que ver entre ellas: Publicidad y Relaciones Públicas (por la que finalmente me decidí), Bellas Artes e Ingeniería Química… Esta última porque en el último año de prácticas en el laboratorio me apasionaba todo lo que tenía que ver con el mundo de la perfumería. Lanzar mi primer perfume sería, sin duda, un nuevo reto que disfrutaría muchísimo.
C.B.: ¿Cuál es tu lema en la vida?
A.A.: Son muchos los lemas que me guían. Todos tienen en común la Energía Positiva.
Dicen que los grandes éxitos, fueron sueños al principio. Que nada nos haga perder la capacidad de soñar, porque detrás de cada sueño se esconde la clave de la prosperidad.
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