Así se hizo mi perfume, por Paula Echevarría

La primera toma de contacto con Puig fue hace ya unos años pero en aquel momento no disponía de todo el tiempo que necesitaba para dedicárselo y preferí esperar. Cuando volvieron a proponérmelo hace aproximadamente un año y medio fue cuando me decidí. Me reuní unas cuantas veces con el equipo de Puig y tuve la grandísima suerte de que todo lo que les transmitía lo entendían a la perfección y lo plasmaban tal cual!

Tuve muchas cosas en cuenta para hacerlo…

Soy una persona muy “olfativa” y  hay un montón de olores que tengo registrados y me pueden transportar hasta muchos momentos de mi vida. El olor de mi abuela, que no usaba perfume y olía genial, una mezcla del jabón “Heno de Pravia” que siempre tenía en sus cajones y que impregnaba su ropa, mezclado con la laca del pelo, el carmín de los labios,… El olor del ocle, una alga que baña la playa de mi pueblo… El olor de la cocina de mi casa cuando aún teníamos cocina de carbón..

Pensé en un perfume con el que sentirme totalmente identificada. Según mis gustos… Que fuera limpio, elegante y femenino. Pensaba en un perfume que pudieras llevar en el bolso y que pudieras usar tanto a las 7 de la mañana para ir a trabajar como a las 10 de la noche para ir a cenar. Ni demasiado empalagoso ni demasiado suave, en su justa medida.Para una mujer a la que le guste el olor a limpio, el olor a mujer. Y “Paula” fue el resultado.

Una vez que teníamos la fragancia había que buscar un frasco y un packaging que estuvieran a la altura. Y ahí también me implique al 100%. Tenía la necesidad de que tanto uno como otro reflejaran el aroma que llevaban dentro. Tenían que ser sutiles, elegantes. Tenían que invitarte a olerlo. Y así fue, el resultado es tan perfecto!

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