Botanēa, el primer tinte vegano de L’Oréal Professionnel
Está claro que el mundo beauty tiene que adaptarse a la eco-revolución que estamos viviendo. Cada vez hay más consumidores que buscan productos procedentes de empresas responsables y comprometidas con el medio ambiente y/o con la sostenibilidad de comunidades locales de todo el mundo (normalmente suelen ir unidos ambos factores); que optan por productos “naturales” pero cuyos resultados no se vean minimizados por el hecho de ser naturales….
En este sentido el grupo L’Oréal sigue dando pasos importantes a la hora de sumarse a los deseos de estos nuevos consumidores eco-revolucionarios que están dispuestos a pagar más por tratamientos naturales 100% contrastados. Y eso es lo que ha conseguido L’Oréal Professionnel con sus dos últimos lanzamientos cuyos ingredientes son naturales y sus resultados están contrastados, no en vano llevan diez años trabajando en ambas gamas eco: Botanēa, una coloración 100% herbal y vegana, y Source Essentielle, la primera gama de productos profesionales naturales de L’Oréal Professionnel para el cuidado del cabello que es recargable en salones de peluquería.
Aunque de esta última línea os hablaré en otro post ya os adelanto que tanto las fórmulas de una como otra están realizadas con ingredientes de origen natural con un alto rendimiento, que proceden de recolecciones sostenibles y éticas que benefician a comunidades locales y que toda la producción es respetuosa con el medio ambiente. En resumen, ambos lanzamientos son buenos para el consumidor, el medio ambiente y la sociedad. Chapeau!!
Hoy me voy a centrar en Botanēa, un tipo de coloración vegetal con la que estarán encantadas tanto las mujeres (y hombres) acostumbradas a colorear su cabello con henna como aquellas que tienen problemas (de alergias, picores,…) con los tintes tradicionales o las que únicamente buscan una alternativa natural para cuidarse. En Botanēa hay tres ingredientes clave procedentes de la India: henna, índigo y cassia. Estas tres plantas han sido rigurosamente seleccionadas por L’Oréal Research para asegurar que cumplen los criterios de rendimiento del color y de abastecimiento responsable.
De las tres plantas la más conocida es la Henna. La que se utiliza para formular Botanēa se extrae de las hojas de la Lawsonia Inermis, cultivada en Rajastán, en el noroeste de la India. Sus hojas liberan colorantes de un cobrizo cálido, ideal para rubias con bases oscuras y cobrizas. El Índigo, un colorante natural que procede de la planta Indigofera Tinctoria, se cultiva en Tamil Nadu, en el sur de la India. Sus hojas contienen colorantes de azul a violeta, perfectos para bases castañas y oscuras, y para ampliar la paleta de color a tonos neutros y fríos. Por último, la Cassia, conocida como “henna neutral”, se cultiva en diversas regiones de la India y no tiene propiedades colorantes, se utiliza como modulador e iluminador para ajustar la intensidad del color y añadir brillo al cabello.
Una vez cosechadas estas tres plantas, se secan sus hojas, se muelen y se purifican para obtener polvos limpios y efectivos. Normalmente el polvo que se obtiene suele ser volátil y difícil de usar, por eso L’Oréal los ha cubierto con aceite de de coco 100% de origen natural que actúa como un excelente agente texturizante excelente y ayuda a que la pasta sea más rápida de preparar, con una textura más suave y flexible y más fácil de aplicar.
A los salones estos polvos llegan en saquitos envasados al vacío con papel etiquetado FSC (Forest Stewardship Council/Consejo de Administración Forestal) de bosques gestionados de forma responsable que posteriormente los peluqueros distribuyen en unos tarros cúbicos rellenables, transparentes y fabricados con hasta un 50% de plástico PET reciclado. Este sistema de recambios permite reducir el uso de materias primas para los envases con respecto a un sistema de venta en tarros.
En la peluquería el colorista combina estos tres pigmentos para obtener el color deseado (desde el rubio claro hasta el castaño oscuro) y los mezcla con agua caliente, entre 50 y 100º dependiendo de la receta. El agua permite que se liberen las propiedades pigmentantes del polvo vegetal, logrando colorear de forma permanente la superficie del cabello, no la fibra que no se aclara y, por tanto, queda intacta. Y es que a pesar de que esta coloración es permanente se realiza sin oxidación y por tanto no es nada agresiva, al contrario es respetuosa con la integridad de la fibra capilar. Además los colores que se obtienen son más naturales y el efecto raíz está más difuminado con lo que se nota menos.
Quienes están acostumbrados a colorear el pelo con plantas saben que no es una tarea fácil porque hay que tener en cuenta dos variables: el desarrollo del color y la temperatura del agua. Si no se controlan estas dos cosas puede que no se obtenga el resultado deseado o que éste varíe en los días posteriores a la coloración. Para controlar y obtener el resultado de color deseado, los investigadores de L’Oréal han utilizado herramientas científicas para optimizar la precisión del resultado de color final. ¿Qué os parece?
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