El ‘Cottagecore’ o el auge de una tendencia que se consolidó durante la cuarentena
Durante el tiempo en que el mundo se paró por completo, todos hemos vuelto, de una manera u otra, a nuestras raíces. Hornear un delicioso pan de focaccia, cultivar hierbas aromáticas y hortalizas en un pequeño huerto, entregarnos a la calma de esas actividades slow como escribir, tejer, pintar o hacer manualidades con los peques o lo que simplemente podrían ser formas de pasar el tiempo en que nos tocó vivir encerradas dentro de nuestras casas, es en realidad parte de un movimiento estético mucho más grande que, de hecho, lleva presente desde más atrás. Y que ha ido creciendo conforme la mayoría de nosotras hemos ido buscando una más que necesaria vía de escape frente a la incertidumbre en los primeros estadios de la pandemia.
Cottagecore, más allá de una bonita y poética estética
Esta tendencia se llama ‘Cottagecore’ y es la culpable de que, cada vez más, nuestro feed se llene, literalmente, de imágenes que recrean bucólicas escenas de mujeres en el campo ataviadas con vestidos de reminiscencias campestres y románticas. Pero no solamente de moda vive esta estética, sino que se trata de un movimiento que reivindica la vuelta a una vida más sencilla y sostenible, en armonía con la naturaleza, y se extiende a la decoración, la cocina, la jardinería, la manera de trabajar en remoto o pasar las vacaciones, en busca de grandes espacios naturales al aire libre y sus incontables bondades. Como afirma la fundadora de la firma de decoración, Wovn Home, Davina Ogilvie, estéticamente el ‘cottagecore’ es un ‘guiño al estilo tradicional de la campiña inglesa, romántico y nostálgico’.
Así pues, es fácil caer en la cuenta de por qué necesitábamos ese maravilloso vestido largo de estampado floral, o por qué nos va apeteciendo más hacer planes en entornos naturales o incluso vivir como si formáramos parte de una pintura pastoril. Aunque como tendencia estética pura y dura tiene su origen temprano en el año 2017, la mayoría de las expertas coincide en que este movimiento tomó su verdadera forma en 2019, gracias a su popularidad en plataformas como Tik Tok, por lo que la ‘Gen Z’ es una gran defensora de sus postulados como reacción al capitalismo y al tiempo cada vez mayor que pasamos frente a una pantalla, pero también con un interés creciente en la sostenibilidad y el bienestar, en la idea más amplia de consciencia social.
En este sentido, incluso se ha producido un despertar colectivo que nos lleva a la inclusión de otros cánones raciales de belleza: a la idea generalizada de la mujer blanca delgada con una cesta de mimbre con huevos de granja colgada del brazo como protagonista de estas estampas ideales (no olvidemos que las definiciones de ‘Cottagecore’ nos evocan la etapa colonial de la Europa blanca), responden enérgicamente ciertas cuentas de Instagram como Cottage Core Black Folks, que reivindican la presencia de mujeres con diferentes tonos de piel, diferentes tallas y formas, así como distintos géneros y orientaciones sexuales.
El vestido floral romántico y el cesto, el Cottagecore más puro
Si queréis comprobar su alcance dentro de las redes sociales basta con teclear en la caja de búsqueda #cottagecore para a continuación obtener una avalancha de estampas idílicas, a las que las influencers han contribuido con ideales picnics en el campo, recogidas (simuladas) de cosechas o simples paseos en busca de ramos de flores silvestres. Y en todas ellas, la estética imperante: vestidos largos o a media pierna que son una increíble explosión de prints florales, volantes dramáticos, escotes renacentistas, mangas farol y detalles de encaje que enmarcan con delicadeza las formas femeninas. Sin olvidar, claro está, las cestas y los capazos de mimbre.
Ya me tienen salivando, literalmente, así que he preparado para vosotras una selección de las prendas y complementos con la que podremos comenzar nuestra cottage season ¿Os animáis?