Dyson Supersonic, ¿qué tiene este secador de pelo para costar 400 €?
Esa es la pregunta que me hace todo el mundo desde que fui a París a hablar con los ingenieros responsables de la criatura. Bueno, esa, y “¿de verdad merece la pena?”. Pues depende de la importancia que le de cada una a su cabello. Si eres de las que jamás utiliza secador y se seca el pelo al aire o de las que lo saca del cajón un par de veces al año, pues obviamente no. Pero si lo empleas con frecuencia y te preocupas porque tu cabello esté suave, brillante, sin encrespado y, lógicamente, más sano seguramente sí.
Con el secador Dyson Supersonic ocurre como con las cremas, perfumes, coches, bolsos y cualquier cosa que podamos imaginar, que tienes productos muy baratos y muy caros. Todo depende, en el caso de las cremas o perfumes, de los ingredientes que utilicen, de la investigación que haya detrás, del diseño,… De esto ya os hablé en el post “Qué hace Platinum Elixir de La Prairie en tu piel para costar más de 1000€) . En el caso de Dyson Hair podemos poner el mismo ejemplo que señalaba en aquel post, sí, me repito, lo sé, pero creo que es muy gráfico. Para ir de un sitio a otro puedes comprarte un coche de segunda mano por 1000 € o, si tienes la cuenta corriente de Cristiano Ronaldo, un Ferrari 250GTO por 28 millones de euros. Llevarte, te va a llevar igual, pero como os decía entonces, la experiencia no va a ser ni parecida. Pues eso es lo que ocurre con este secador. Que la experiencia no tiene nada que ver.
Vamos a ir por partes. Para empezar su diseño. A la vista es de lo más apetecible. No se parece en nada a ningún otro secador y dan ganas de tenerlo expuesto de lo chulo que es. Pero claro, diréis, una no se compra un secador de 400 € (399, para ser exactos) para tenerlo de exposición en el salón. Ya, esto puede ser secundario pero lo importante es que hay mucho más detrás. Os cuento. Para crear este secador Dyson invirtió más de 60 millones. Una parte de esa inversión se destinó a la creación de un laboratorio dedicado a investigar específicamente el cuidado del cabello, desde la raíz a las puntas, para entender cómo reacciona al estrés, qué es lo mejor para mantenerlo sano y cómo moldearlo. En ese laboratorio, y durante cuatro años, probaron el secador con diferentes tipos de cabello y desarrollaron distintos test que simulaban, de manera mecánica, las distintas formas que tenemos de secarnos el cabello. Para ello, utilizaron cerca de ¡1.625km! de cabello humano. En París, tuve la oportunidad de ver en funcionamiento algunas de las máquinas con las que hicieron estos tests (de elasticidad, de porosidad, de secado rápido,…) y os aseguro que fue impresionante.
Durante esos cuatro años participaron en su desarrollo 103 ingenieros que realizaron 600 prototipos hasta conseguir el definitivo. Con esas cifras, es obvio que Dyson Supersonic no puede ser un secador “normal”. Para empezar pesa menos que los secadores habituales (560 gramos) y el motor lo tiene alojado en el mango, a diferencia del resto que lo suele tener en el cabezal, con lo cual el peso está más repartido y lo hace más manejable. Y en ese motor, situado en el mango, es dónde, lógicamente, esta la almendra del asunto. Este motor digital (creado por un equipo de 15 ingenieros y patentado por la compañía) es ocho veces más rápido y la mitad de pesado que los motores de otros secadores de pelo. Yo tuve en la mano los dos, el de este secador y el de otro convencional y la diferencia es sustancial. Precisamente por eso, porque los otros motores son grandes no pueden situarse en el mango, algo que si puede lograrse debido al pequeño tamaño del motor de Dyson.
A la hora de secarnos el pelo hay dos cosas básicas que todas conocemos y “regulamos” en nuestros secadores: el flujo de aire (más o menos potencia) y la temperatura (más o menos alta). Pues dependiendo de cómo apliquemos esas dos variables en nuestro cabello lo estaremos maltratando más o menos.
Muchos secadores convencionales alcanzan temperaturas extremas y esto puede causar un daño irreparable al cabello (esto hay que tenerlo en cuenta también, y sobre todo, cuando utilizamos las planchas). A más de 150º grados la ⍺-Keratina se convierte β-Keratina, que, con el tiempo va dejando el cabello más débil, menos elástico y más fácil de dañar por otros factores (cepillados, coloraciones,….) y si ya superamos los 230º, ni os cuento, el pelo se acaba quemando. Bien, pues este secador cuenta con un control inteligente del nivel de calor para que el pelo no sufra daños debido a su exposición a altas temperaturas. Y ¿cómo lo hace? a través de un mecanismo muy sofisticado (termistor de perlas de vidrio) que, mientras te secas el pelo, va midiendo la temperatura 20 veces por segundo y transmite estos datos al microprocesador, que regula de forma inteligente el nivel de calor. Así que la temperatura siempre es constante.
En cuanto al flujo de aire, o la potencia, tenemos secadores para todos los gustos. Unos cuya potencia es débil y tardamos siglos en secarnos la melena, sobre todo si ésta es abundante, y otros demasiado potentes que dejan el pelo bastante encrespado. Dyson SupersonicTM utiliza una tecnología (Air MultiplierTM patentada por Dyson) gracias a la que el aire entra en el motor y se multiplica por tres, aumentando la velocidad del flujo de aire creando una corriente en un ángulo de 20º de manera que genera un chorro de aire controlado, potente y preciso para el secado y el moldeado del cabello. Al margen de los ángulos y las multiplicaciones lo que yo os puedo decir es que seca el pelo mucho más rápido (yo diría que casi en la mitad de tiempo).
Además de estas dos características, las más importantes, también quiero que señalar que es más silencioso que los que he probado hasta la fecha (hace ruido, sí, pero menos), no se corre el riesgo de que el cabello se enrolle en el motor (a todas nos ha pasado alguna vez) ya que éste está en el mango y sus accesorios (boquillas y difusor) se mantienen fríos al tacto y se acoplan mediante un imán.