Coches y Moda: Cuando la tendencia se pone al volante.
¿Qué tendrán los coches que tantas miradas atraen?
Lo mismo podría preguntarse uno sobre la moda: la última tendencia, la modelo fetiche, el diseñador deseado, el bolso estrella, el kimono folk de Zara, los jeggins, los wide leg, los skinny… ¡Qué locura de mundo! Los “extras” a la hora de vestir pueden ocasionar más de un dolor de cabeza y, aún así, generan todo un mercado. Tanto o más el mercado del motor.
¿Qué comparten estas dos industrias que tantas veces hemos visto cogerse de la mano? ¡Más de lo que nosotros pensamos…!
Una campaña de moda tiene una misión fundamental: vender. ¿Y cómo lo hace? Mostrando un producto apetecible. A esta cualidad podemos unir “actual”, “atractivo”, “interesante”…en definitiva, “sexy”.
Del mismo modo que un vestido nuevo genera estas percepciones tanto en quien lo lleva como en quienes a su alrededor aprecian su atractivo, un automóvil llega a convertirse para muchos en una seña de identidad. La identidad que queremos que otros aprecien en nosotros. Se abre, en este momento, la veda del Marketing.
Pero, ¿por qué iba una caja con cuatro ruedas, que sirve para transportarnos de un lugar a otro, hacer que parezcamos más o menos sexy a ojos de los demás? La respuesta a esta pregunta, si lo pensáis, podría acallar ciertos debates sexistas que menosprecian la industria de la moda, tildándola de “superficial” (¡Ay, si miráramos menos la paja en el ojo ajeno y más la viga en el propio…!)
Por suerte, además de transportarnos y vestirnos el mercado del automóvil y el de la moda nos sirven -debates aparte- para soñar, para crear ilusiones que nos divierten, calmar las preocupaciones y dejar volar la imaginación. Y, ¿por qué no? también nos sirven como motivación, para marcar nuestra personalidad y como herramienta de trabajo.
Sin ir más lejos y lejos de la intención de “hablar de mi libro”, servidora participó en esta campaña “Moda + Automóvil” y salí muy contenta (a la par que reflexiva, como podéis leer…) con este binomio.
Pero recordemos, para concluir, que ni el motor ni la moda son sectores tan fríos como aparentan y comentan. Que hay coches con alma y vestidos que laten por dentro, con historias detrás y banda sonora propia.
Este emotivo vídeo fue, precisamente, la razón que me inspiró para hacer este post:
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