De menú, huevos sueltos
Me cuentan que un equipo de la Universidad de Harvard ha realizado un estudio sobre los calzoncillos. Quiero pensar que es un equipo médico, porque como sea un equipo de fútbol o de tiro con arco me temo que los resultados del trabajo no sean demasiado concluyentes. Así que, confiando en la profesionalidad y el sentido común de quienes rigen tan afamada universidad, demos por bueno el estudio. Han llegado a la conclusión los miembros del equipo en cuestión de que los calzoncillos apretados son malos para la calidad del esperma. O sea, lo que vengo escuchando yo toda mi vida, empezando por mi abuela y continuando por mi madre, mis tías, madres de mis amigos, novias y otras personas variadas. Pero es lo que tiene no tener nombre ni prestigio que te avale, que lo que dices no tiene rigor, en cambio lo dicen unos señores o señoras de un equipo de Harvard, que ya digo que no sabemos si se trata de un equipo de baloncesto o jockey sobre hielo y va a misa. La misa no suele ser un sitio donde se hable mucho de calzoncillos (sin bromas, por favor) pero me venía bien el dicho.
En resumen, que los resultados del estudio que han realizado los miembros del equipo lo ha publicado la prestigiosa revista “Human Reproduction” y viene a decir que llevar ropa interior tipo “bóxer” hace que se tenga un 25% más alta la concentración de semen en cada eyaculación y un conteo total de espermatozoides un 17% mayor y con un tercio más de movilidad en el interior del útero que los de los varones que usaban habitualmente ropa interior de marcar paquete.
Seguramente que es así, pero ahora pregunto yo: “¿Y si llevas calzoncillos tipo “bóxer” pero unos pantalones ajustados, que te estrujan semejantes partes pudendas delanteras cada vez que haces una flexión para sentarte o simplemente, el movimiento de andar?”. Y pregunto también. “¿Cómo han hecho el estudio?”, aunque bueno, eso es demasiado obvio y de mal gusto, así que lo dejamos estar. No obstante continuo con mis dudas. “¿Han tenido en cuenta la edad de los sujetos estudiados?”, porque a lo mejor han comparado a un señor de 76 años que usa calzoncillos largos de algodón, de esos hasta los tobillos, que son ajustaditos, con un chaval de 19 que lleva unos más sueltos y ya te digo yo que aunque al señor mayor le pongas todo el día en pareo, sin nada debajo y al otro le pongas un neopreno tres tallas más pequeñas que la suya, el flujo seminal del señor parecería agüilla de arroz, mientras que el del chico estaría más cerca de la burrata. Y como con el tema elegido para este magnífico post es muy fácil caer en lo chabacano y yo soy fino que te cagas, voy a darlo por finalizado. Adiós.
P.D. Me comunican de la redacción que el equipo que ha llevado a cabo el estudio es de la Harvard T.H. Chan School of Public Health, lo que es un alivio.
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