Desfile de Chanel: el eterno futuro de Karl Lagerfeld
Cada semana de la moda de París esperamos como agua de mayo el desfile de Chanel. Se trata, sin duda alguna, de uno de los acontecimientos que más comentarios logra. Si no hace mucho, el Káiser convertía el Gran Palais parisino en una casa de muñecas, en una línea aérea o en un supermercado, hoy es el turno de la tecnología.
El Gran Palais se ha transformado en un enorme centro de procesamiento de datos en el que no han faltado los coloridos cables, los ordenadores y todo tipo de ruidos procedentes de ellos. Quizás esta sea la sorpresa que menos ha lucido por parte de Karl Lagerfeld.
Obviamente, todo apuntaba a que por fin el Káiser había caído de su guindo y le daría una oportunidad a la generación millennial. Pero el estrépito estaba garantizado. No obstante, la colección me parece ideal. Poco arriesgada pero muy Chanel.
El desfile de Chanel más tecnológico
Nada más comenzar el desfile de Chanel, Karl Lagerfeld apostó por sacar a dos modelos vestidas con trajes de chaqueta, muy al estilo de la Maison. Una en blanco y otra en negro. La sorpresa fue las máscaras robóticas y las botas, que las hacían parecer los famosos Soldados Imperiales de la Guerra de las Galaxias. Parecía que el desfile y la puesta en escena prometía. Pero ya está, pocas alusiones más al mundo tecnológico. A excepción de un bolso de mano plagado de leds.
Quizás este desfile de Chanel sea la respuesta del káiser a todas las críticas que está recibiendo en los últimos años por no adentrar a la firma en el universo tecnológico y millennial. Recordemos que la marca francesa es de las pocas firmas de lujo que no vende sus productos online. De hecho, el propio Karl Lagerfeld asegura que en la tradición está el gusto y se niega a convertir a Chanel en algo moderno. El problema es que todo esto le puede pasar factura, logrando quedar desfasado y fuera de onda.
Durante la pasarela, Lagerfeld mostró que sigue siendo fiel a la esencia de la firma. Eso sí, sube a la pasarela a modelos jóvenes, vestidas con trajes de tweed en colores vibrantes, faldas cortas y complementos geniales. Las gorras ladeadas en el mismo material han sido los complementos estrella. Pero… ¿Os resulta el tweed muy tecnológico? A mí no y lo cierto es que sigo viendo clasicismo.
Es verdad que el desfile de Chanel es de los más esperados, pero en mi opinión, en esta ocasión, el káiser ha fallado y debería darle una oportunidad certera a la comunidad millennial y a la tecnología real. Al fin y al cabo, nuestra generación será la que pueda comprar en el Chanel del futuro.
elrincondemoda