El rincón de Bell: Días de risas y amigos en Mallorca, por Maribel Verdú
El día de Navidad volé de Alicante a Mallorca porque ese día estrenábamos allí Invencible, la obra de teatro con la que tanto estoy disfrutando este año. Nada más aterrizar fui a comer a casa de unos amigos. Sopa de galets, embutidos y carne rellena, todo típico de la zona.
Después me instalé en el Hotel Nixe Palace (siempre voy al mismo), que es un sueño. El trato, la atención y esas vistas e instalaciones son un lujo para todos los sentidos. No falta una visita al spa y un tratamiento facial con productos Sisley.
El público del Teatro Trui, que llenamos los tres días (os dejo una foto que nos sacaron el día de Navidad) fue una auténtica gozada.
No faltó el día con mi amigo Pere, restaurador de la Catedral de Palma, que nos llevó a todos a hacer una visita inolvidable porque gracias a su extenso conocimiento además de poder acceder a diversas zonas de la catedral pudimos disfrutar de cientos de detalles que sin sus explicaciones no habrían sido lo mismo.
Ese baldaquino de Gaudí sobre el altar mayor es una obra de arte maravillosa, igual que lo que hizo Barceló en la capilla pequeña que es donde se hace la misa diaria.
Toda una experiencia religiosa la de esa mañana que concluyó con otra experiencia, esta vez gastronómica, en Celler Sa Premsa, un restaurante de comida típica mallorquina con más de cincuenta años de historia.
Días de sol, risas y amigos invisibles. La mejor manera de acabar el año trabajando. Hoy lunes estaré ya de vacaciones en mi refugio del sur, así que con el permiso de “la jefa” nos vemos en un par de semanas.
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