Fascinada con los perfumes Perris Monte Carlo, ¿los conoces?
Me lo imaginaba como un Indiana Jones, al que solamente le faltara el sombrero. Cuando me hablaron de Gian Luca Perris como un “cazador de aromas”, no sabía si me iba a encontrar con un aventurero o más bien a alguien más del estilo de Jean-Baptiste Grenouille, el asesino protagonista de “El perfume”. Ni lo uno, ni lo otro… Afortunadamente, al menos en el segundo caso.
Gian Luca Perris es un italiano al que el amor por las fragancias le viene de familia. Cuando iniciaron su colección de perfumes Perris Monte Carlo, lo hicieron rindiendo homenaje a algunas de las grandes notas de la perfumería: el ámbar gris; el patchouli; la madera de oud y el musk. (Os adelanto ya que este último es mi favorito…)
La propia evolución de la marca trajo nuevas notas olfativas, pero esta vez, seleccionadas personalmente por Gian Luca. Por ejemplo, el Oud Imperial, un tipo de oud diferente que él seleccionó personalmente por su calidad y por ser uno de los escasísimos oud naturales que existen. Me llamó la atención que para obtener oud real, hace falta dejar crecer el árbol del que se obtiene durante nada menos que siete años, para luego inocular esos árboles con el hongo que, a lo largo de otros tres años, pudrirá su madera y creará el oud.
O la Rosa de Taif, protagonista de la fragancia del mismo nombre. Este tipo de rosa es única en el mundo, pues crece en una zona montañosa, de gran altitud y muy fría, de la península arábiga. Estas condiciones extremas hacen que crezca una rosa única, muy especial: a Gian Luca le gustó tanto que el primer año, ¡compró toda la producción de la zona! Estas rosas, que además se someten a un proceso de destilación muy especial, son el corazón de este aroma que es como oler el centro de una rosa, con la misma mezcla de sensualidad y frescor.
Las fragancias que nos vino a presentar proceden de otro de sus viajes de exploración. En este caso, fue hasta Madagascar, a la isla Nosy Be. Es una isla que llaman la Isla Perfumada porque en ella se cultivan todo tipo de especias, flores y hierbas aromáticas. Vainilla, pimienta, jazmín, ylang ylang…
Y fue en busca de esta flor, el ylang ylang (la traducción del nombre significa flor de flores) donde acudió Gian Luca. Pero en su viaje no sólo encontró la mejor calidad de ylang ylang, sino también una variedad de patchouli única, fruto del entusiasmo y pasión del director de la plantación donde se encontraba esta flor.
El patchouli procede del Sudeste asiático, sobre todo de Indonesia, y el intento de cultivarlo en Madagascar había fracasado por el clima excesivamente soleado de la isla. El director de la plantación estaba decidido, sí o sí, a sacar sus esquejes de patchouli adelante, así que los plantó a la sombra de otros árboles. Y no sólo logró su objetivo, sino que además consiguió un patchouli muy diferente al habitual. Más leñoso, más cremoso y con notas de chocolate.
Por eso, de su viaje a Nosy Be, Gian Luca Perris no se trajo una, sino dos fragancias: Ylang Ylang Nosy Be, un floral muy sensual, que tiene el frescor y la riqueza de la flor viva; y Patchouli Nosy Be, un aroma cálido y envolvente.
La línea de fragancias de Perris Monte Carlo se encuentra en perfumerías muy selectas como Isolée y las perfumerías Regia en Barcelona.
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