La nueva vieja barbería, por John Queras
Aunque el hipsterío patrio ha convertido el vello facial en una de sus señas de identidad, lo cierto es que esta tendencia no se limita únicamente a la subcultura que gusta de desplazarse en bicicleta. Los neodandys, los románticos 2.0 y los gentlemen de última generación también la han incorporado a sus looks habituales. Ante tanta demanda, las marcas se han puesto las pilas alcalinas y están lanzando al mercado productos que recuperan el espíritu (y el olor) de las viejas barberías. Y como no solo de cosmética viven la barba y el bigote, están proliferando al mismo tiempo espacios que recrean tanto la estética de principios del siglo pasado como las técnicas clásicas. Brochas de pelo de tejón, afiladísimas navajas de afeitado, toallas calientes, lavacabezas de latón e incluso volvemos a ver los tradicionales postes de barbero, como este de Rotulowcost.
Vamos, que lo más moderno en 2014 es hacer exactamente lo mismo que hacían nuestros abuelos. ¡Está claro que algo estamos haciendo mal!
Uno de los pioneros en esta vuelta de tuerca al old school es Lord Jack Knife que, desde su local en Valencia, lleva ya unos años sentando cátedra navaja en mano y diseñando el estilo que mejor se adapta a las características propias de cada cliente. Y en el centro neurálgico del madrileño barrio de Malasaña, esto es, en plena plaza del 2 de Mayo, acaba de abrir sus puertas Malayerba, una barbería a la antigua usanza que recupera un oficio en peligro de extinción y que ha desarrollado su propia línea de productos artesanales y 100% ecológicos.
Como la Cera para bigote y barba Monteleón (10 €) o el Elixir para barba Daoíz (14 €). Bvlgari se suma a este maravilloso regreso al pasado con el Jabón de afeitar Man In Black y Givenchy se apunta un tanto con la Barber Edition de su eau de toilette Gentlemen Only (82 €, de venta exclusiva en El Corte Inglés) que, además de la fragancia, incluye un after shave, el cosmético viejuno por excelencia.
Hasta el mismísimo Tom Ford se sube a este tsunami barberil y en diciembre presentará un aceite acondicionador y un peine para vello facial. Eso sí, no encontraremos ninguno de estos cosméticos en el neceser del pequeño y barbilampiño Nicolás, ese estafador veinteañero que ha conseguido engañar a los timadores profesionales, lo que, sin duda, tiene muchísimo mérito. Y aunque no utilice o conozca estas marcas, seguro que tiene en Facebook varias fotos con sus creadores. De traca.
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