Lancôme simplifica la limpieza facial a las millenials con Bi-Facil Visage y Miel-en-Mousse
A las millenials… y a sus madres y hermanas mayores porque sus nuevos limpiadores faciales son tan efectivos, fáciles y agradables de usar que consiguen que la limpieza del rostro deje de ser (para muchas) un ritual aburrido del que se prescinde a menudo, a convertirse en uno de los momentos más placenteros del cuidado facial gracias a la sensorialidad y la suavidad de sus fórmulas.
Los nuevos cleansers de Lancôme, Bi-Facil Visage y Miel-en-Mousse, se adaptan a los gustos tanto de las que prefieren limpiar la cara con un algodón como para las que se decantan por los limpiadores que se aclaran con agua.
El primero de ellos, Bi-Facil Visage se inspira en el desmaquillante de ojos estrella de la marca, Bi-Facil (39€). Creado en 1991 sigue siendo uno de los best-sellers de la firma francesa. Poseedor de numerosos premios internacionales, este desmaquillante bifásico arrastra suave pero eficazmente cualquier rastro de maquillaje de los ojos. Para conseguirlo hay que agitar el frasco e impregnar un algodón con el producto. A continuación se presiona (sin moverlo) el algodón en los párpados durante diez segundos para que su fórmula disuelva el maquillaje y, pasado ese tiempo, se desliza suavemente, sin frotar, desde la raíz a la punta de las pestañas.
Siguiendo la estela de este exitoso producto, Lancôme ha creado Bi-Facil Visage (39€) para desmaquillar y limpiar en profundidad el rostro. Su fórmula también es bifásica y por tanto hay que agitar el producto antes de utilizarlo para que se mezclen bien la fase oleosa con la acuosa. La primera, la fase oleosa, hace que el maquillaje y los pigmentos se desvanezcan mientras que el agua micelar presente en la fórmula elimina los residuos e impurezas de la piel. Es apto hasta para las pieles sensibles y su uso no puede ser más sencillo. Se impregna un algodón con el producto y se desliza sobre la piel hasta que no quede ningún resto de maquillaje.
Para las que prefieren desmaquillarse con agua disfrutarán y mucho con Miel-en Mousse (33€) ya que su aroma (a miel de acacia y vainilla) y su textura, 2 en 1, convierten la limpieza facial en un auténtico placer sensorial. Su textura, es parecida a la de la miel y al entrar en contacto con el agua se transforma en espuma. Para utilizarla se deposita una nuez de producto en la palma de la mano y se extiende sobre el rostro, al aplicarla su textura se va transformando al tiempo que disuelve el maquillaje. A continuación se emulsiona con agua y se masajea con movimientos circulares. En ese momento se transforma en una delicada espuma que atrapa los pigmentos y los residuos. Y, para finalizar,se aclara con agua tibia.
Y, por último, para las que no pueden prescindir del tónico, Lancôme cuenta con Tonique Confort (34€), enriquecido con miel y extracto de almendra dulce para dejar en la piel una estupenda sensación de pureza, suavidad y confort.
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