L’Eau d’Issey Pure Nectar de Parfum, el tercer capítulo de la última historia perfumística de Miyake
¿De qué historia os voy a hablar hoy? De la de L’Eau d’Issey Pure que se inició en 2016 cuando una gota de agua (sí, una gota) impulsó a Issey Miyake a iniciar una nueva aventura olfativa. Esa gota que lo inicia todo no es una gota de agua cualquiera, se trata de una gota de rocío suspendida en la naturaleza antes del amanecer. El diseñador nipón quería reinventar el olor de esa gota de rocío con la creación de un perfume puro protagonizado por un acorde limpio. Entonces nació L’Eau d’Issey Pure Eau de Parfum, con una salida con notas marinas, un corazón con flor de azahar, jazmín, azucena y rosa damascena y un fondo con madera de cachemira (cashmeran) y ámbar gris. Un año más tarde, para celebrar la primavera, esa gota florece en forma de pétalo y sale al mercado L’Eau d’Issey Pure Eau de Toilette, una fragancia más luminosa en la que descubrimos notas de mandarina, nerolí, rosa, lirio, almizcle, cashmeran y ámbar gris.
Y, para cerrar, de momento, esta historia, el próximo mes de febrero sale al mercado L’Eau d’Issey Pure Nectar de Parfum, en el que el pétalo, del eau de toilette, se convierte en una flor en la que, de nuevo, aparece una gota que captura su fragancia más pura, su néctar. En esta ocasión, volvemos a encontrarnos el acorde entre el ámbar gris y el cashmeran presente en los “capítulos” anteriores de la trilogía Eau d’Issey Pure. A ellos se suman ahora la pulpa de pera, la rosa, el sándalo y un acorde acuático con notas de agua de mar, olor a arena y piel bronceada. Los responsables de esta fragancia Dominique Ropion y Fanny Bal han creado un perfume gourmand con un toque muy natural.
En cuanto al frasco, igual que sus “hermanos mayores”, está inspirado en la forma de una gota. Diseñado por Todd Bracher, en esta ocasión se viste, igual que la caja, de rosa con reflejos dorados. Su precio, 51€ el frasco de 30 ml, 81€ el de 50 ml y 102€ el de 90ml.
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