Protección solar para el pelo, imprescindible en verano
Casi todas sabemos que lograr que el pelo termine el verano, no ya en mejor, si no en el mismo estado que antes de comenzar las vacaciones no es fácil. El sol, el cloro de las piscinas, el aire, la arena de la playa, la sal del mar y nuestros escasos cuidados contribuyen, y de qué manera, a estropearlo. Por eso en septiembre muchos salones de peluquería sufren overbooking al tener que solucionar una gran variedad de problemas: color indefinible en las melenas, estados lamentables en medios y puntas, deshidratación total,…
Para que esto no nos ocurra tenemos que emplear productos de protección y cuidado capilar durante el verano exactamente igual que hacemos con el rostro y con el cuerpo. Y en el tema del cabello sucede como con la piel. Que hay clases y clases. El equivalente a los fototipos de piel más sensible (las pieles más blancas) son las melenas teñidas, secas o permanentadas. Pero ojo, también las melenas sanas (igual que las pieles morenas) deben emplear protectores capilares. Así que ya sabéis, en la bolsa de playa, o de piscina, hay que incluir junto a los protectores solares para cara y cuerpo un protector para el cabello.
Y tras los baños al sol, al llegar a casa o al hotel, es necesario eliminar concienzudamente los restos de sal, cloro y arena que hayan podido quedar en el cabello así como los residuos de los productos protectores. Aunque los champús habituales son válidos para cumplir esta misión no está de más, en estas fechas, cambiar de producto y decantarse por los champús solares. Éstos proporcionan dosis extras de hidratación y reparación capilar, además suelen contener filtros solares, con lo que protegen el cabello después del lavado, y agentes nutritivos y reestructurantes que refuerzan la estructura interna del cabello, mejoran su capacidad de defensa ante las agresiones externas y trabajan sobre los daños que el sol haya podido causar a la melena. Pero si durante el resto del año, al lavar la cabeza una no se conforma con usar simplemente el champú y utiliza también mascarillas y acondicionadores, en verano esta rutina se hace imprescindible. Así, dos veces a la semana hay que emplear mascarillas y diariamente acondicionadores que logran en el cabello lo que sus “homólogos” corporales consiguen con la piel. Es decir calman, hidratan y preparan el pelo para que esté preparado para las exposiciones solares del día siguiente.
style: bellezaenvena