Pies nuevos gracias a la pedicura médica de Margaret Dabbs en Tacha
Suelen ser los grandes olvidados en cuanto guardamos las sandalias y sacamos las botas del armario. Muchas, y muchos, creen que, como no se ven, ya no precisan cuidados y eso es un gran error. Si los mantenemos “a punto” durante todo el año, en verano no habrá que hacer tratamientos intensivos para que estén presentables cuando volvamos a enseñarlos. La visita al podólogo, si se tienen problemas, y la realización de pedicuras puntuales son básicas no sólo para que estén bonitos, también es imprescindible hacerlo por salud.

Mis pies
En nuestros pies existen 26 huesos, 33 articulaciones, 19 músculos y más de 100 tendones y ligamentos. Ahí es nada. De ellos depende nuestra forma de caminar, correr, pedalear, bailar,… Soportan una presión superior al peso de nuestro cuerpo y reflejan el estado de nuestros órganos. Por eso, adoptar unos hábitos de cuidado de los pies (durante todo el año) es fundamental para tratar y prevenir futuras complicaciones en ellos.

La cabina vip de Tacha donde me hice el tratamiento
En mi caso, aparte de que mis pies no me parezcan bonitos no tengo problemas de durezas o juanetes pero eso no significa que no les preste atención. Por eso cuando Natalia de la Vega me habló de la incorporación de las pedicuras y las manicuras de Margaret Dabbs a Tacha me apunté la primera a probar la “pedicura médica” que, a partir de ahora, va a realizar Tamara Iglesias (la mano derecha de Margaret Dabbs) en sus dos centros madrileños. Y cuando digo la primera es verdad, he sido la primera que ha puesto sus pies en las manos de Tamara y os puedo decir que es la mejor pedicura que me he hecho en mi vida, y me he hecho unas cuantas. Para quienes no lo sepáis os diré que Margaret Dabbs ha creado su propia marca especializada en el cuidado de las manos y los pies y cuenta con clínicas en Londres y en Dubai.

Material preparado
Para empezar, Tamara, y todo el equipo de Margaret Dabbs, está formado por podólogos, algo que ya es un punto, muy importante, a su favor. Mi único “problema” es una pequeña callosidad en el dedo meñique del pie izquierdo. Sí, ya sé que esto no es muy glamuroso pero creo que hay que contarlo todo. Hasta ahora, siempre que me hacían “los pies” veía las estrellas cuando la pedicurista se empeñaba en sacar la raíz del callito de marras. Bien, pues el otro día, mientras probaba el nuevo tratamiento, Tamara y yo no paramos de hablar mientras ella trabajaba en mis pies. A mitad de la conversación me dijo que el pie izquierdo ya estaba listo. Yo le dije que se fijase en el dedo meñique y cuando me contestó que ya lo había hecho y que me había quitado con un bisturí la dureza en cuestión no daba crédito. Ni me había enterado.

Tamara Iglesias
Aparte de ese detalle os puedo asegurar que Ultimate Luxury Foot Therapy, que es como han bautizado en Tacha a esta “pedicura médica” es un auténtico lujo para los pies. Yo salí de la cabina más relajada que con algunos tratamientos corporales. Comienza con un diagnóstico biomecánico podal para ver el estado de los pies. Después, en seco, además de cortar las uñas y tratar las cutículas, se eliminan las células muertas y las durezas de una forma tan suave como efectiva gracias a un raspador de diseño exclusivo que utiliza la tecnología de cristal comprimido. Después se realiza un peeling con un exfoliante en mousse que culmina con un baño calmante y relajante de los pies. Y, para terminar, un masaje en los pies y las piernas con los productos estrella de la marca, todos ellos contienen aceite de Emu, que además de tener propiedades antiinflamatorias y antibacterianas, reduce la tensión muscular y mejora la circulación sanguínea. ¡Ah! y durante el tratamiento recibes una infusión de oxígeno para que las células de nuestro organismo funcionen a tope.
La sesión dura 70 minutos y cuesta 185€. Puede parecer caro, pero si, como en mi caso, te recomienda 3 al año, no es tanto teniendo en cuenta el estado tan fabuloso en el que quedan tus pies. Ríete del anuncio de Red Bull, en este caso mis pies sí que parecían tener alas de los ligeros que los sentía.