Locos por la moda

De los creadores de los botines blancos llega… el bolso blanco. Creo recordar que ya tuve uno hace unos años, y la primera imagen que se me viene a la cabeza es clara: manchas. Churretes. Y eso que en esa época no tenía niños. No quiero pensar en la imagen de los herederos corriendo hacia mí con las manos manchadas de gusanitos (de los naranjas esos que le encantan) y claro, eso de quitarte para que no toquen el bolso lo mismo está regular visto… ¿Los venderán plastificados? ¿Se les podrá echar un pañuelo encima cual plaid sobre el sofá?

La cosa es que ahora me gustan más que entonces; no sé si ha sido un aprendizaje después de los botines blancos o que una se hace mayor, pero puedo decir que los veo.

Dentro de la tendencia había que señalar un microtrend, para sacar nota, que es fácil de deducir mirando las imágenes de este post: que el bolso sea pequeño y se lleve a la mano. Con asa circular, tipo limosnera o cartera. Siempre a la mano.

Punto positivo para el bolso blanco: combina con todo: más blanco, negro, rojo, beige…

Con todos los tonos y para todas las ocasiones: desde los vaqueros al vestido camisero, pasando por el chandalero deluxe o las sneakers.

Lo de llevarlo a juego con los zapatos quizá me convenza menos; mejor que haya algo de contraste.

Perfecto en estilismos más sofisticados, donde consigue destacar dentro de la uniformidad del total look en blanco.

Haciendo memoria, creo que no tengo ningún bolso blanco en mi armario. ¿Debería hacerme con uno? Quizá una buena opción sea este acolchado de Zara, con aires chaneleros, rebajados de 49,95 a 29,99 euros; la riñonera con detalle de anilla está rebajada de 19,95 euros a 9.99 euros.

En Mango, mi opción preferida: tipo cesta con asa-lazo. Súper cuqui, rebajado de 39,99 a 15,99 euros; la riñonera, de nueva colección, cuesta 22,99 euros.

Y en Bimba Y Lola, opción rebajada y opción súper costeada de nueva temporada. El primero, de la pasada colección, tiene un 20% de descuento y ahora cuesta 200 euros; el shopper XL de la derecha (no se aprecia por la escala pero es un bolsazo) cuesta 450 euros.

¿Qué me decís? ¿Le hacemos un hueco al bolso blanco en nuestras vidas?

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De verdad que mi intención no es amargar la vuelta después de las Navidades, que no, pero la actualidad manda. Y cuando los flancos post-turrones asoman sin piedad por los laterales de tu pantalón, llega la peor de las noticias: vuelve la cintura baja. Horror. Con lo bien que estaba todo recogido en su sitio. Pues no. Vuelve el libre albedrío. No necesito una operación bikini: hay que adelantarla al Domingo de Ramos.

Y así viajamos hasta la época más oscura de los 2000, cuando las que ya peinamos canas (me han salido dos) vimos flancos y ropa interior ajena por encima de nuestras posibilidades. Escalofríos recorren mi cuerpo pensando en las visiones que se avecinan…

Porque en pasarela ya lo hemos visto, y si me cuesta digerirlo en el cuerpazo de las modelos, no quiero pensarlo en el de las mortales…

Así es la moda. Después de doce años sin verlos, lo de Chanel o Alexander McQueen resulta raro, raro, raro…

Por no hablar del fresquito que entra por esos laterales descubiertos, con lo calentito que es el talle alto y lo recogido (insisto) que queda todo.

A diecinueve días de cumplir los 38 (me siento viejuna), creo que esta tendencia no volverá a mí… Ni en los mejores resultados de mi operación Sandra Bullock-buenorra a los cuarenta, de la que me he desviado un poco en los últimos meses tendré yo un ombligo que soporte esto…

Mi única duda la siembra la señora Beckham, que consigue salir victoriosa de la afrenta con camiseta/camisa por dentro. Si es que ella todo lo puede.

Y como ha pasado el tiempo justo para que no quede ningún pantalón de tiro bajo en tu armario (después de leerte el libro de Marie Kondo fue lo primero de lo que te despediste), si tienes valor, alguno hay ya circulando por nuestras tiendas.

Los de la derecha son de Hollister y los encuentras en Asos rebajados a 23,99 euros (antes 48,99 euros); los de la derecha, de H&M, tienen un tiro que definen como ligeramente bajo y son perfectos para marcarte un Victoria Beckham. Su precio, 24,99 euros.

Más variedad encontramos en Bershka, que nos ofrece estas dos opciones, tampoco excesivamente desesperadas, que cuestan 25,99 euros.

¿Qué os parece? ¿Volveremos a caer en la cintura baja?

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Una vez más, los acontecimientos me han hecho tener que tomar medidas respecto a esta tendencia. Ya la había merodeado en los últimos meses: que si los pedal pusher, que si las bermudas en 2018. Pero las mallas ciclistas vienen dispuestas a dar mucho juego, y por eso, se merecen su propio post. Y si haces unos meses hablar de esta tendencia requería una preparación previa

El éxito cosechado en el street style me hace dudar un poquito de mi sentido arácnido, porque han conseguido llegar a la calle

Así que una vez que tenemos claro que ha ascendido de tendencia absurda a trend total, analicemos las posibilidades de salir a pasear por tu ciudad con estilismos como estos

Así, marcando muslamen y flancos, pero tranquila, que el truco está en colocarte una blazer un poquito oversize encima y así disimulamos un poco.

Que casi que parezca un accidente, cual culottes que una se ponía con once años para hacer la voltereta y el pino-puente y no enseñar más de la cuenta. Pero sin falda ni vestido encima.

De hecho la chaqueta se consolida como la pareja de baile de los cycling shorts, en un juego de contrastes que hay que reconocer que tiene su gracia.

Pero no sólo de chaquetas viven los shorts ciclistas; también podemos jugar con otras prenda con volumen, como una camisa.

Si, el carnaval es en febrero, pero ya que te has atrevido a ir en mallas, a nadie le importará si las acompañas de tus chanclas psicineras; o de una parka y unas botas de montaña. Así, sin anestesia.

A nuestras celebrities le ha encantado la excentricidad, sobre todo a esas que son de arreglá pero informal, encontrando así su nuevo chandalismo con tacones versión 2018.

Y así conviven con la sudadera y los taconazos, o el minibolso multilogo.

En resumen: nunca tus mallas del Decathlon estuvieron tan de moda.

Si te he convencido, recuerda que en la moda la fortuna favorece a las audaces, así que tú que te atreves, llévalas antes de que sean plaga. Como opción más accesible tienes esta que encontramos en Bershka por 12,99 euros.

Nuestros vecinos británicos están ya completamente en onda ciclista, y en Topshop encontramos varias opciones, que van desde los de la izquierda, que definen como disco y que cuestan 16 euros; a estos otros de la izquierda, de terciopelo, que tienen un precio de 20 euros.

Así que venga, no me deis un no rotundo, ¡que torres más altas han caído!

Cycling short, ¿sí o no?

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Y yo, como os conté en el post de la sandalia chancla, preocupada el fin de semana que olvidé echar los zapatos en la maleta y tuve que salir “vestida” a la calle con las chanclas de dedo, que era lo único que tenía. Que resulta que es lo más, o eso se deduce después de ver los estilismos de las semanas de la moda del último mes, donde cualquier estilismo era bueno para llevar con flip-flops.

Una tendencia que ya vimos en las pasarelas, desde el pijismo de Michael Kors al sporty-chic de Isabel Marant

Pasando por el preppy de Valentino Resort 2018 o la sofisticación de Mary Katrantzou, que le mete un pelín de plataforma.

Y así Conpenhague, Oslo y Helsinki, que cada temporada toman más fuerza como referentes del street style, se han llenado de flip-flops. Que algo bueno tenían que tener: van con todo.

Con tu vestido o falda de satén, con el consiguiente contraste entre la delicadeza del tejido y el casual extremo de la chancla.

El momento bermuda ciclista me recuerda un poco a cuando sales del gimnasio y te vas a meter en la ducha, así que creo que demasiado para mí.

Pensándolo bien, cómodos son y baratos también, y fijaos en lo bien que quedan en estilismos inesperados

¿Que te toca pedicura? Pues te viene fenomenal. ¿Que los tacones te han destrozado los pies? Pues libertad para ellos

Al fin y al cabo, en peores plazas hemos toreado… La pregunta es… ¿se convertirán en la prenda absurda de este otoño? (Por aquello de lo de con frío y en chanclas).

¿Chanclas para todo o mejor las dejamos para la piscina?

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O casi que habría que decidir cuántos nos hacemos, porque el agujereo masivo de la oreja es otra vez tendencia. Un signo de rebeldía de mi adolescencia con el que confieso que nunca me atreví pero en el que ahora, en plena pre-crisis de los cuarenta, he caído. Deseando estoy que pase el tiempo de cicatrización para poder cambiar el que me pusieron para hacerlo! No voy a decir que a mi madre le haya encantado la idea, pero es que ella no entiende mi pre-crisis.

Porque llevar uno, dos, tres… y hasta que la oreja dé es súper tendencia. Celebrities, instagrammers e it girls juegan al multi earring, en ocasiones con pendientes de verdad y en otras con earcuff.

Que esto de colocarse los pendientes en la oreja tiene su ingeniería, pero tienen la fuerza de sustituir a un maxi pendiente incluso en la alfombra roja.

Así que después de mucho pensarlo, allí que nos lanzamos C., M. y yo, las tres con la pre-crisis, que ya os lo digo yo, dispuestas a  entrar en el mundo piercing. Y aunque servidora por ahora solo se ha atrevido con uno extra, pero por ahí me están tentando para repetir…

El objetivo: un pendiente en el cartílago. Aunque cuando fuimos a hacernos el segundo, el chico del estudio de tatus nos comentó que este dolía un poco más, ya que al fin y al cabo era un piercing de verdad y no iba con pistola sino con aguja (en el lóbulo son realmente pendientes, no piercings). No sé si alguna que haya pasado por la experiencia podrá darme el empujoncito que me falta o quitármelo definitivamente de la cabeza.

Aunque parece que el piercing del momento, con el permiso del diamantito en el cartílago, se llama daith y se encaja en ese huequito que véis. Y no sé, pero eso tiene que doler seguro.

Así que mamá, tranquila que ahora si no llevas más de un pendiente no eres de fiar. Incluso una de las insignias del movimiento pijil, Aristocrazy, se ha metido en arenas con una línea de diamantitos que eso si, son pequeñitos pero diamantes, y se mueven en precios en torno a los 200-300 euros.

¿Qué os parece el retorno de las orejas llenas de pendientes?

¿Valen los de pega o hay que ser valiente y pasar por el trance agujero?

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El sueño de tu vida hecho realidad. ¿Cuántas veces te ha pasado eso de estar en casa en pijama y no apetecerte nada cambiarte para salir? ¿Pensar eso de “me iría a la calle en pijama”? Pues ten cuidado con lo que deseas porque puede hacerse realidad. La tendencia pijamera vuelve, y lo de estas Navidades es sólo un adelanto de lo que se avecina esta primavera.

Para que luego digan que para presumir hay que sufrir. Bueno, un poquito de frío si cuando no escojamos la opción terciopelo, pero nada que un abrigo de pelo no pueda solucionar.

Porque de franela no, pero de tercipelo hay auténticas maravillas pijameras. Que requieren igualmente su dosis de actitud, porque aunque no sea la primera vez que lo vemos, puede que el mundo no esté preparado para ello.

O al menos tu padre, tu suegra o tu abuela, que pueden alucinar pepinillos cuando te vean aparecer por el salóm con tu estilismo pijamero 2017.

Y quien dice pijama dice batín, que fijaos en el estilismo de @emrata con los vaqueros con bajo deshilachado, el cinturón de perlas y el bolso print animal con esa camisa a modo de batín… Idealérrimo

Si el asunto no te convence del todo, aceptamos la media tendencia. La parte de arriba suele dar más juego que el pantalón, o al menos es más evidente para lograr el estilismo pijamero. Sólo tienes que combinarla con tus pantalones preferidos.

¿Te parece aburrido? Dale una nota de color al asunto, para convertirte en la más sofisticada de la noche (y en este caso, siempre taconazo)

O dale un toque sexy dejando ver tu suje favorito (o un bralette para la ocasión), o marca escotazo de los que hacen época (pero que nadie se me constipe que vienen las vacaciones!)

Me da tanta pereza pensar en los estilismos navideños que creo que nada mejor que un pijama party para solventar la papeleta. Tanto que estoy dispuesta a pasar por alto el culamen que hace este corte de pantalón. Además, esa cintura elástica promete llegado el momento en que tu madre te hace repetir plato por tercera vez.

Así que manos a la obra. No, no vale tu pijama de Snoopy de Oysho del año 2007. Pero tampoco tendrás que complicarte mucho la vida. En Zara dan con la fórmula mágica, y soluciones para vencer al frío. ¿Un cuello cisne debajo? El conjuntito de la izquierda es de terciopelo y cuesta 52 euros (25,95 euros el pantalón y 25,95 el cuerpo). A la derecha, pantalón por 39,95 euros.

En Mango, coordinado de camisa y pantalón con estampado geométrico (39,99 euros la camisa y 39,99 euros el pantalón) y kimono estampado con flores (49,99 euros)

Y mis dos opciones preferidas. Y las dos recuperan el pijama con estampado de aves. El primero es de Sfera, con el pantalón con largo cropped y la camisa de corte clásico pijamero. La chaqueta cuesta 29,99 euros; el pantalón, 25,99 euros. El de la derecha de H&M tampoco se queda atrás. Con un pantalón más larguito que cuesta 29,99 euros; mismo precio para la camisa (y por cierto también lo tenemos con estampado cerezas).

¿Dispuesta a no quitarte el pijama durante todas las Navidades?

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Y no, no me refiero a esta Lolita

Sino a la de Nabokob, que en sus versiones cinematográficas vinculó para siempre la imagen de la jovencita seductora con las gafas de sol con forma de corazón. Una tendencia de ida y vuelta (aún recuerdo un clon de Moschino de hace unos años) que ahora vuelve a la primera plana.

¿El culpable? Saint Laurent, que con Vacarello parece que está cultivando más que nunca su lado corazón, y ha convertido a las Loulou en las gafas del momento.

Unas gafas divertidas, atrevidas (hay que reconocerlo) pero que con ese toque asimétrico del corazón le da un aire más cat eye que el estilo Lolita tradicional.

Instagrammers y celebrities han caído a sus pies, como Salma Hayek, que la ha convertido en pieza básica de sus estilismos este verano.

Así que aprovechando el tirón Loulou, las gafas corazón preparan la conquista del verano. Y la verdad es que las veo mucho más apropiada para estilismos veraniegos que en invierno, donde, no sé, las veo un poco más forzadas.

Un complemento que da más juego para las instagrammers que un aguacate, acompañado de piruletas, polos, labios rojos y pose sensual.

Y una vez más, no aptas para discretas, porque todas las miradas van a ir directas a tus ojos

Así que corazones, si queréis unos ídem como gafas de sol, las originales de Saint Laurent cuestan 355 euros.

De modo que le vamos pidiendo el clon a Amancio y entre tanto nos quedamos con la propuesta de H&M, más festivalera pero sobre todo más campechana: 3,99 euros las azules y 5,99 euros las naranjas.

Y en Asos, versión lujosa firmada por Marcus Lupfer y que ahora cuestan 132,43 euros (antes 243,23 euros); y con cristales, rebajada de 24,32 a 13,51 euros.

¿Era necesario que volvieran las gafas Lolita?

¿Es posible llevarlas sin que parezca que vas disfrazada?

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Lo tengo claro: quien dijo que menos era más, no hablaba de joyas. Al menos en 2017, porque colocarse todo el joyero encima es lo más. Como cuando eras pequeña y jugabas a las madres o a las compras, y hacías un Rappel de forma que no te quedaba un dedo libre. Pues así en pendientes, collares y pulseras. Esa es la idea.

Mi problema con esta tendencia: si me cuesta acordarme de ponerme un anillo o una pulsera, para semejante sinfonía de bisutería tendría que poner el despertador a las seis de la mañana. Y prefiero dormir media horita más, ya lo dejamos para otro momento.

El segundo hándicap a tener en cuenta es que pasarte el día con los dedos en el teclado cuando tus muñecas están llenas de pulseras o tus dedos de anillos tampoco es fácil, tanto por el ruido como porque te los clavas por todos lados.

Así que me centraré en la opción que más me llama: la de varias cadenas con dije, de distinto largo, combinadas a su libre albedrío. Aunque la mezcla de casual no tiene nada, que hay que medir muy bien los distintos largos.

La mejor forma de acompañar una camiseta blanca o este vestido/top con escote en V y con el que te ves demasiado “desnuda”

Y si las joyitas tienen un toque vintage… #muerodeamor

El tema pulseras era muy yo hace quince años (o puede que veinte, que vértigo me acaba de dar) pero ahora pensar en tener que quitarme eso y volvermelo a poner cada día… Porque soy de las que no puede dormir ni con pendientes ni siquiera con la alianza (y así la he perdido: el heredero2 ha escondido el tesoro no sabemos muy bien dónde…).

Lo de los anillos, cuando es así en plan minimalista me encanta (aunque como el heredero2 vea tanto anillo junto su tesoro va a crecer mogollón). Eso se ponérselos a mitad del dedo me encanta, pero no estoy segura de poder soportar esa sensación más de un ratito.

El asunto pendiente también me gusta, y hay muchas opciones para simular varios agujeros sin necesidad de perforar la oreja (es algo que siempre me ha dado pánico). Y esto no molesta para nada!

A menos de 24 horas para el comienzo de las rebajas en Inditex, no hace falta que os diga dónde debéis terminar de llenar vuestra cesta. Que es un caprichito que cuesta poco. En Zara nos lo ponen fácil con packs con varios colgantes, algunos choker, otros más larguitos. El primero cuesta algo menos de 20 euros; el segundo, 15,95 euros.

En Mango ya están de rebajas y podemos aprovechar para llevarnos a casa un pack de anillos por 3.99 euros (si el dedo se pone verde, no disparéis a la bloggera) y este choker cascada que cuesta 7,99 euros.

Una de mis recientes descubrimientos en el mundo joyitas es Casilda Finat, que además de estilazo ella misma, tiene unas cositas preciosas y genial de precio. Y con tienda física a 50 metros de mi casa… En su Instagram encontramos inspiraciones como estas de sus diseños

Y en Stradivarius, set de pulseras (5,95 euros)  y de seis collares finos (7,95 euros), para llevar dándolo todo o por partes, pero siempre en multitud.

¿Os atrevéis a colocaros mañana encima medio joyero?

¿Está nuestro mundo preparado para esta tendencia?

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