Viaje cosmético (y olfativo) a Madagascar
Los gourmets la conocen por su pimienta rosa. Y por su vainilla. Ambas son de las especias más reputadas en el mundo. Los niños – y no tanto – por Los Pingüinos. Y cada vez más, los apasionados de la cosmética tienen más y más razones para conocer (y amar) también Madagascar, esa isla del Océano Índico que no sólo es la cuarta isla más grande del mundo, sino que, por su clima, es uno de los jardines más exuberantes del mundo.
Entre los enamorados de la isla se encuentra nada menos que Chanel, cuya relación comenzó hace más de una década cuando uno de sus investigadores encontró en Madagascar la Vanilla Planifolia, una de las 117 variedades de vainilla que existen. ¿Su característica?Es la más generosa en activos antiedad gracias a sus policetonas, y es el activo estrella de su gama Sublimage. Y no debieron equivocarse, pues desde 2006, cuando se lanzó la línea, se han vendido más de 1,6 millones de Sublimage La Crème, ¡casi una por minuto!
No es de extrañar que ante tamaño éxito, Chanel esté cuidando su vainilla, y lo hace a través de un “santuario” creado para la vainilla, una especie de vivero natural localizado en Ambanja, donde las mujeres de los poblados circundantes la cuidan diariamente.
En Madagascar, en la costa este, tiene también Dior un “jardín” propio en el que crece otra flor, también preciosa y preciada: la longoza, de la que se extrae un activo que estimula los precursores de la piel a crear más fibroblastos – es decir, colágeno y elastina – mejorando así la firmeza. Un activo que se encuentra en otra gama estrella: en concreto, en Capture Totale.
También os relatamos ya cuál fue el idilio entre Madagascar y Gianluca Perris, el perfumista creador de Perris Monte Carlo. Acudió a Nosy Be, la isla más grande de Madagascar, a investigar sobre el ylang ylang más exquisito. Esta es una flor aromática muy apreciada en perfumería, poderosa y sensual, y que es la columna vertebral de Ylang Ylang Nosy Be, la fragancia que Gianluca creó tras buscar – y encontrar – el mejor ylang ylang y, sobre todo, el aceite obtenido en primera presión, el de más calidad, más fresco y aromático.
Cuál no sería su sorpresa cuando además de hallar un ylang ylang excepcional, el director de la plantación de la flor le mostró su “proyecto mimado”: una plantación de patchouli que, para sacar adelante en el clima ardiente de la isla, había plantado bajo otros árboles. Así, a su sombra, creció y salió adelante un patchouli único, con notas amaderadas y de chocolate. Y tanto le gustó, ¡que también le dedicó una fragancia, Patchouli Nosy Be! Dos aromas que el año pasado se lanzaron en formato eau de parfum y que ahora también están disponibles en extracto, la concentración más pura y exquisita de cualquier fragancia.
Y, cómo no, no falta la vainilla – una de las principales exportaciones de Madagascar – que es la protagonista de Vanille Sauvage de Madagascar de la casa La Maison de la Vanille, ¡irresistible para golosas!
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