Building Relationships With SWENext Clubs: Highlights From the FY25 PCES Outreach Challenge #2
SWE Global Ambassador Kannagi Kumari shares how two collegiate SWE sections are building meaningful relationships with SWENext Clubs.
SWE Global Ambassador Kannagi Kumari shares how two collegiate SWE sections are building meaningful relationships with SWENext Clubs.
Llevar algo el día de tu boda que conecte con tu historia y tu vida personal puede ser una de las decisiones más emotivas que puedas tomar
Por eso, si estás pensando en lucir tocados o joyas heredadas, no lo dudes y acompaña tu vestido con un complemento que aportará mucho significado. El día de tu boda no solo se celebra la unión con el amor de tu vida, también es un homenaje a tu camino y en él, la familia tiene un papel esencial. Muchas novias eligen incorporar un detalle simbólico que represente a sus padres, a sus abuelos o a personas importantes que han marcado su vida. No se trata solo de seguir la tradición del “algo viejo”, sino de llevar contigo una parte emocional, algo que te haga sentir protegida y conectada con lo que representa para ti.
Quizás haya una persona especial que por alguna circunstancia no pueda estar en este día tan importante. ¿Qué mejor forma de acompañarte que con un detalle que te recuerde a ella? Una joya familiar, un pañuelo bordado, un broche antiguo o un tocado puede convertirse en una parte esencial de tu look nupcial.
En las bodas reales y aristocráticas, es muy común ver a novias con tiaras o tocados familiares que pasan de generación en generación. Estas no solo son piezas espectaculares, también son tesoros que simbolizan el amor de la familia y la unión. Y sí, quizás no tengas una tiara de diamantes en casa pero puedes crear la tuya con una joya heredada. Por ejemplo, puedes hacer un bonito tocado joya a partir de un broche o transformar una pulsera en una delicada diadema.
Otra idea es que seas tú quien comience con la tradición. Si eres una novia clásica y te gusta la idea de llevar un tocado o corona, puedes pedir a un profesional que haga una a tu gusto. Las siguientes novias de tu familia también la lucirán y así comenzaréis una cadena preciosa de novias que no tendrá fin.
Si prefieres lucir el cabello sin adornos, hay muchas otras formas de rendir homenaje a tu historia familiar en tu estilismo nupcial:
– En el vestido: puedes coser un trozo del velo o del vestido de novia de tu madre o abuela en el forro de tu falda, añadir un botón antiguo en la espalda, un broche o incluso, bordar una frase o sus nombre en tu vestido o en tu velo. Esta es una forma muy original de llevarlas contigo el día de tu boda.
– En el ramo: ata una cinta en el ramo que pertenezca a alguien especial o añade un medallón con la foto de un ser querido entre las flores. En esta cinta también puedes añadir el nombre o alguna fecha.
– Zapatos con mensaje: graba una fecha o una frase significativa en la suela. Quizás tu madre guarde sus zapatos de novia como oro en paño y tengáis el mismo número.
– Joyas simbólicas: un anillo familiar, unos pendientes de tu madre o incluso una pulsera que lleve generaciones en tu familiar. No tienen que ser grandes o significativas, simplemente tienen que tener carga emocional. Muchas veces nuestras madres guardan joyas desparejadas o que están rotas. A estas se les puede dar una segunda vida luciéndolas el día de la boda. Por ejemplo, se pueden fundir para hacer otras nuevas. Si lo prefieres, esta nueva joya se la puedes regalar a alguien especial durante ese día.
– Un pañuelo bordado: esta puede ser una idea para las novias, pero también para los novios. Puede ser un pañuelo para las lágrimas o para colocarlo en el bolsillo del traje. Iniciales, la fecha de la boda, el nombre de una persona que ya no esté y que quieras recordar en este día especial, un mensaje bordado a mano… ¡Tú eliges!
Esther Omoyiwola reflects on the growth and unforgettable moments that shaped her leadership journey through SWE’s Collegiate Leadership Institute.
¿Taconazo imposible? No, gracias. Las novias de hoy tienen claro que su look no solo debe ser bonito, sino también cómodo, personal y, ¿por qué no?, con mucho rollo.
Sí, el clásico zapato de tacón sigue reinando en muchas bodas, pero cada vez son más las novias que rompen moldes (¡y sueltan el pie!) apostando por opciones mucho más cómodas, originales y con un toque personal: zapatillas, botas y sandalias pisan fuerte en las bodas de verano. Porque, vamos a decirlo claro: no hay nada menos glamuroso que una novia preciosa… cojeando en plena pista de baile.
Hoy hablamos de esa revolución silenciosa —pero imparable— que está redefiniendo el look nupcial desde los pies. Y no, no es solo una cuestión de comodidad: se trata de estilo, de actitud, y de llevar en tu gran día algo que hable de ti.
Las zapatillas blancas llevan un tiempo colándose en bodas con paso firme. Y no hablamos de ponértelas después de la ceremonia. Hablamos de caminar hacia el altar con tus deportivas favoritas. Firmas como Converse, Nike, Adidas están conquistando los estilismos nupciales de las chicas que quieren disfrutar su boda de principio a fin… sin pensar en rozaduras ni tobillos al límite.
¿La clave? Elegir un modelo limpio, elegante, y con detalles que conecten con el vestido: encaje, tul, glitter o incluso aplicaciones florales. Combínalas con vestidos de corte lencero, trajes sastre o diseños minimalistas, y tendrás un look fresco, moderno y absolutamente tú.
¿Quién dijo que las botas eran solo para el invierno? Las bride-to-be más atrevidas lo están dejando claro: unas botas bien elegidas pueden ser el complemento estrella de un look nupcial veraniego. Hablamos de botines blancos o con colores tierra, de caña media o baja, de estética boho o western si vas a por todas.
Perfectas para bodas al aire libre, en el campo o en la playa, combinan de maravilla con vestidos vaporosos, faldas con vuelo y todo lo que respire libertad. Bonus: son la elección ideal para las que planean bailar hasta el amanecer sin preocuparse por la arena, la hierba o el césped del jardín.
¿Un consejo? Apuesta por modelos transpirables, en piel fina o con perforaciones. Y si te animas, añade detalles metálicos o flecos para un toque extra de personalidad.
Cuando el termómetro se dispara, las sandalias se convierten en la opción más lógica… y más chic. Pero no hablamos de cualquier sandalia. Las novias del 2025 están apostando por modelos planos, de tiras finas, minimalistas o con pedrería, que se deslizan entre lo cómodo y lo sofisticado sin renunciar a un ápice de estilo.
Ideales para bodas en climas cálidos, ceremonias junto al mar o enlaces en jardines mediterráneos, las sandalias aportan una ligereza visual que encaja a la perfección con vestidos fluidos, siluetas relajadas y detalles etéreos.
Además, si eliges bien, puedes llevarlas también en tu luna de miel o incluso en tu día a día postboda (porque ¿quién dijo que el calzado de novia tenía que vivir una sola vez?).
Cada vez más novias optan por un cambio de calzado durante la boda. Empiezan con un look más formal y terminan la noche con su par favorito para bailar, correr o simplemente sentirse libres. Así que… ¿por qué elegir uno solo?
Lo importante es que el calzado refleje tu personalidad y te permita disfrutar. No tienes por qué renunciar al glamour si eliges comodidad, ni sacrificar tu comodidad por seguir una tradición. Tu boda es tuya. Y si eso significa casarte con unas zapatillas con lentejuelas o unas botas cowboy blancas, entonces… adelante.
Con la llegada del verano, la protección solar se convierte en imprescindible en cada momento del día y hoy repasamos todas las novedades que nos ofrece el mercado en esta materia para esta temporada estival.
Ya sea en la playa o la piscina, así como en la ciudad, el sol provoca envejecimiento prematuro, daños en la piel y hasta melanoma, por eso es vital la protección de manera continua.
Desde el Instituto Médico Ricart han presentado los resultados de su II Estudio anual sobre el estado de la piel, del cual se extraen datos que llaman la atención, como que “casi la mitad de los españoles (un 43%) no utiliza protección solar, mientras que tan solo 3 de cada 10 personas lo hacen a diario”. Además, “al 55% de las personas les preocupa padecer cáncer de piel, pero los hábitos de prevención distan de lo recomendado, especialmente entre los hombres”. Este estudio también destaca que “el 30% de los españoles nunca ha visitado al dermatólogo”, un gesto importante y necesario, especialmente para hacer una revisión anual de lunares mediante técnicas y criterios profesionales: “La visita anual al dermatólogo y la dermatoscopia digitalizada, la tecnología más precisa para prevenir el cáncer de piel, se convierten en las dos herramientas más efectivas para detectarlo de forma precoz”, explica el Dr. José María Ricart, director médico de IMR.
En el ámbito de la protección solar, el estudio de IMR afirma que “el 64% de las personas solo se aplican protección solar en verano” y “el 42% de los jóvenes dice no aplicarse más protección solar porque no se acuerda de ponérsela”, además de destacar que el cáncer de piel, el envejecimiento y las manchas faciales encabezan el ranking de preocupaciones que tiene la población. Conocedores de ellas, las firmas de cosmética se dedican cada año a crecer en investigación y desarrollo de productos que puedan hacer que estas cifras vayan mejorando en los análisis que se lleven a cabo en un futuro próximo.
La protección solar no comienza justo antes de ponernos el bañador para ir a la playa o la piscina, es un proceso que lleva su tiempo y que, de hecho, debe mantenerse a lo largo de todo el año, especialmente desde los meses previos a la llegada del verano. Preparar la piel correctamente, tanto desde el interior como en su superficie, es un paso fundamental para poder disfrutar de un bronceado más bonito, duradero y, sobre todo, saludable.
Uno de los principales motivos por los que no utilizamos protección solar a diario es por la textura de la misma, que, en ocasiones, puede resultar pesada sobre la piel, aportando una sensación grasa o no permitiendo aplicar maquillaje con normalidad a continuación. Por ello, las firmas cosméticas diseñan sus protectores cada vez más ligeros.
Si te gusta maquillarte a diario, la protección solar con color es tu mejor opción para verano, a la que puedes añadir polvos de sol y colorete y evitar así las bases de maquillaje, que resultan más pesadas en esta temporada. También es perfecta si tienes imperfecciones o manchas en la piel y no te gusta ir a cara descubierta en la playa o la piscina. Siempre con factor de protección 50, será tu mejor aliada para protegerte del envejecimiento prematuro y los daños solares y, a la vez, para mostrar tu imagen más cuidada con el tono que mejor se ajuste a tu piel.
La protección solar ya es, por sí misma, un fantástico tratamiento antiedad para la piel. Pero existen fórmulas que, además de ser un escudo contra el sol, incluyen ingredientes específicos para tratar las arrugas y líneas de expresión y, así, potenciar el efecto antiedad y ofrecer mejores resultados ante el espejo.
Las manchas faciales son uno de los principales caballos de batalla de la piel y, especialmente en verano, hay que luchar contra ellas, pues el sol aumenta su aparición y las potencia. Añadir un tratamiento antimanchas a la protección solar es un plus de lo más interesante si tienes este problema en tu piel, además de incluir un factor de protección alto para prevenir su aparición.
Si las cremas o fluidos no son lo tuyo y, por este motivo, renuncias a proteger tu piel del sol, con los sticks ya no hay excusas. Son fáciles de usar, prácticos, llegan a todas las zonas y los puedes llevar contigo en cualquier ocasión, desde en el bolso para aplicarlo de camino a la oficina o si estás tomando el aperitivo en una terraza, hasta en el bolsillo para reaplicar en una mañana de deporte al aire libre, además de, por supuesto, en la playa o la piscina.
Normalmente ponemos el foco de la protección solar en el rostro, por aquello de las manchas y el envejecimiento de la piel, pero nuestro cuerpo también necesita una protección específica para no sufrir las mismas consecuencias. Además, para una prevención completa del cáncer de piel es esencial el uso de este tipo de productos. No te olvides de aplicarlos en el dorso de las manos, una de las zonas del cuerpo en las que menos pensamos, pero donde más se nota el efecto del sol con el paso del tiempo, con la aparición de manchas y arrugas.
Si pasas el verano en la ciudad y crees que por ello no necesitas protección solar, te equivocas. Proteger la piel del sol es imprescindible a lo largo del todo el año, no solo en verano y allá donde te encuentres. Para facilitarnos la tarea de no tener que aplicar fotoprotectores específicos pero estar perfectamente protegidos de los efectos nocivos del sol en la piel, son muchas las firmas cosméticas que incluyen en nuestros productos de cuidado facial habituales filtros protectores, consiguiendo así un 2×1 incluyendo el proceso de protección dentro de nuestra rutina diaria de hidratación facial.
¡No podíamos olvidarnos del cabello en esta guía de protección solar! Los efectos nocivos del sol también afectan a nuestro cabello, volviéndolo más seco, áspero, deshidratado y, con todo ello, con una apariencia menos cuidada, teniendo que recurrir a la tijera en muchas ocasiones a la vuelta de las vacaciones de verano. Prevenir el corte es posible si utilizas productos de protección específicos para el cabello.
Una vez terminada la jornada de exposición solar, proteger nuestra piel y cabello es un paso fundamental, toca ayudarles a recuperarse de los daños que han sufrido y potenciar que vuelvan a recuperar su estado normal. Este paso es de los más olvidados, un hecho que puede pasarnos factura a corto plazo, por lo que es importante darle la prioridad que merece para conseguir alargar el bronceado en la piel y lucir un cabello cuidado y sano también en verano.
Con esta completa guía de protección solar ya conoces todos los pasos necesarios para disfrutar del verano en cualquier momento y situación, protegiendo tu piel y cabello del sol sea cual sea tu tipo de piel y tus necesidades concretas, solo queda poner por tu parte constancia y responsabilidad para llevarla a la práctica e incluir la fotoprotección en tu rutina habitual de vida saludable.
Sí, lo ha vuelto a hacer. Marta López se ha casado por segunda vez y lo ha hecho por todo lo alto: con emoción, estilo, una lluvia de famosos y una fiesta que se alargó hasta el amanecer.
Marta López, la eterna cómplice de nuestras tardes de televisión, volvió a vestirse de blanco el viernes 27 de junio en los románticos jardines de El Mirador de Cuatro Vientos, en Madrid. Y, créeme, hubo glamour, lágrimas, anécdotas de infarto y un fiestón que se alargó hasta que el cielo cambió de color.
Dicen que el amor aparece cuando menos te lo esperas, y eso le pasó a Marta. Tras años complicados a nivel sentimental, Alejandro Huerta, un fisioterapeuta discreto y ajeno a los focos, se cruzó en su camino y todo cambió. Se conocieron hace poco más de un año gracias a un amigo en común —sí, el mismísimo pequeño Nicolás— y, desde entonces, no se han separado. Él, 12 años menor que ella, le devolvió la ilusión y le hizo volver a creer en el amor. Y no solo eso: le pidió matrimonio a los pocos meses, con una naturalidad que, según cuenta Marta, “le ganó el corazón para siempre”.
La boda debía empezar a las ocho, pero el termómetro madrileño decidió ponerse dramático y retrasó el «¡ahora o nunca!» una horita. Cuando por fin la música de María Mendoza entonó Hasta mi final, Marta apareció abrazada a Hugo (Teyo para la familia), su hijo de 15 años y padrino improvisado. El gesto, un guiño precioso al abuelo que ya no está, hizo llorar hasta a los más duros. (Sí, Makoke confesó que se le corrió el rímel).
Para su gran día, convirtió en realidad un diseño Jordi Dalmau: silueta sirena, manga francesa y sobre‑falda desmontable que le permitió pasar de novia sofisticada a diosa de la pista sin cambiarse. En el ramo, un detalle que nos robó un suspiro: una plaquita con la frase «Un trocito de cielo también nos acompaña hoy». Si no se te pone la piel de gallina, revísate el pulso.
Dicen que en cada boda hay sillas llenas de risas… y huecos que hablan bajito. Un rincón de los recuerdos es la forma más especial de invitar a quienes ya no pueden brindar contigo, sin robar ni un ápice de alegría al gran día.
Perder a alguien a quien queremos es una herida que nunca termina de cerrarse. Y por mucho que ese día esté repleto de amor, ilusión y brindis, también habrá un pensamiento inevitable: ojalá estuviera aquí. ¿Por qué no transformar esa ausencia en un homenaje? ¿Por qué no darles, a quienes tanto extrañamos, un lugar visible y lleno de cariño en la celebración más importante de nuestra vida? Crear un rincón de los recuerdos es eso: materializar su presencia, recordarlos con amor y agradecer, en voz baja, todo lo que dejaron en nosotras.
@lovely.couple.es Rincón especial para recordar a los que ya no estan en un día especial
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No es un altar solemne ni un museo improvisado: es un gesto delicado que dice “sigues aquí”. Al reservar un asiento vacío con su foto sobre el cojín o al colocar su reloj de bolsillo junto al libro de firmas, transformas la ausencia en presencia real. Las invitadas lo perciben al instante; algunas dejarán una nota, otras sonreirán al reconocer ese broche antiguo que ahora luce en tu ramo. El objetivo es que la gratitud pese más que la melancolía. No los recordamos con tristeza, todo lo contrario, los honras porque los sientes cerquita.
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La silla de honor
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La clave es la naturalidad. Sitúa el rincón en un punto de paso para que fluya sin peregrinaciones forzadas. Coordínate con la wedding planner y los fotógrafos para que capturen los momentos más emocionantes.
Evita mencionarlo explícitamente en el protocolo; deja que sea un descubrimiento. Si quieres darle un momento protagonista, hazlo justo antes de cortar la tarta: un minuto de música suave, una mirada al rincón y el brindis comparten la misma emoción.
Por si algún corazón se desborda, ten pañuelos a mano. Además, incluye un pequeño tarro con flores secas; su fragancia suave ayuda a bajar la emoción y a mantener el maquillaje intacto.
Al final, este rincón no es un altar: es un abrazo. Y cuando la música baje, los abrazos se alarguen y la fiesta empiece a difuminarse, sabrás que no faltó nadie importante. Porque, aunque no puedas verlos, estuvieron en cada paso, en cada lágrima contenida y en cada latido.
El vestido deslumbra, el maquillaje impacta, pero son los zapatos los que te llevan, literalmente, hasta el altar. Elegirlos bien no es un detalle menor: es una declaración de estilo (y de inteligencia práctica). Aquí te contamos cómo evitar los errores más comunes que cometen muchas novias… y cómo acertar con cada paso.
Unos zapatos mal elegidos pueden arruinar incluso el look más espectacular. Y no solo hablamos de estética. El día de tu boda lo vas a vivir de pies a cabeza, así que tus zapatos tienen que estar a la altura… literal y figuradamente.
Si estás a punto de elegir el par con el que vas a caminar hacia el “sí, quiero”, este artículo es para ti. Aquí te contamos los errores más comunes que cometen muchas novias al elegir sus zapatos… y cómo puedes evitarlos con mucho estilo y cero dramas.
1. Elegir los zapatos después del vestido
Sí, ya lo sabemos, el vestido es el protagonista. Pero eso no significa que los zapatos deban dejarse para el final. Si los eliges tarde, puede que no encuentres un par que encaje con la altura del dobladillo, el estilo del vestido o el tono exacto. Lo ideal es tenerlos para las pruebas de vestido.
2. Pensar solo en lo bonitos que son
¿Te has enamorado de unos stilettos de vértigo con pedrería? Perfecto. Ahora respóndete con honestidad: ¿puedes llevarlos puestos durante 12 horas seguidas? Porque créenos, ese día no querrás sentarte cada 15 minutos ni arrastrar los pies en la pista de baile. La belleza no tiene por qué doler.
3. No probarlos en casa
No basta con probartelos en la tienda cinco minutos. Camina con ellos por casa, sube y baja escaleras, baila un poco, haz una mini pasarela en tu salón. Así te aseguras de que no te aprieten, no se resbalen y que el material se adapte bien. Además, ¡es una excusa perfecta para sentirte novia antes del gran día!
4. Ignorar el terreno donde será la boda
¿Tu ceremonia es en la playa? ¿El cóctel en un jardín con césped? ¿La fiesta en una finca de piedra antigua? Cada tipo de suelo requiere un tipo de zapato distinto. Si insistes en llevar tacones finísimos sobre arena o césped, prepárate para convertir tu entrada triunfal en un número cómico.
5. Olvidar el plan B
Incluso los zapatos más cómodos tienen un límite. Piensa en el momento en el que digas: “¡Ya no aguanto más!”. Por eso, tener un segundo par para la fiesta (bailarinas, sandalias bonitas o incluso unas deportivas blancas con un toque chic) puede ser tu mejor decisión. Tus pies te lo agradecerán.
6. No tener en cuenta tu altura… y la de tu pareja
Este punto es delicado y absolutamente personal. Si te sientes divina con 12 cm de más, adelante. Pero si hay una diferencia considerable de altura con tu pareja y prefieres evitar fotos que parezcan un cuadro desproporcionado, tenlo en cuenta. No es una regla, pero sí algo a valorar.
7. Querer estrenar el mismo día
Error de principiante. Estrenar zapatos el día de la boda es una invitación directa a las ampollas. “Domar” los zapatos unos días antes es una inversión de tiempo que te evitará sufrimiento innecesario (y caras raras en las fotos).
8. Pasar por alto la suela
Parece un detalle menor, pero una suela resbaladiza en una pista de baile puede ser un desastre. Asegúrate de que tengan buen agarre o, si no, pídele a tu zapatero de confianza que las prepare para una noche de movimiento.
9. No dejar que reflejen tu estilo
Sí, es tu boda, pero no tienes por qué disfrazarte. Si nunca llevas tacones, ¿por qué torturarte ese día? Si eres amante del color, ¿por qué no romper con unos zapatos fucsia, dorados o estampados? Hay vida más allá del blanco y el nude.
10. Subestimar el poder de los zapatos en las fotos
Quizás no se vean en todas las imágenes, pero cuando se vean, ¡más vale que estén impecables! Unos zapatos sucios, rayados o con detalles que no combinan pueden arruinar ese plano detalle tan bonito de tu caminar hacia el altar. Cuídalos, protégelos… ¡y lúcete!
Elegir los zapatos de novia no debería ser una decisión improvisada ni un simple trámite. Es una oportunidad de sumar estilo, personalidad y comodidad a tu gran día. Así que date el gusto de encontrar el par perfecto, ese que te haga sentir segura, guapa y lista para comerte el mundo ¡y la pista de baile!