Locos por la moda

Que si lo pensamos bien, lo más lógico sería que el vestido largo se llevara en invierno, que para eso tapa más, y el corto es verano. Pero no, el maxi dress siempre fue para el invierno, aunque la moda, en su afán de ponerlo todo al revés, lleve varias temporadas intentando poner las cosas en su sitio. Así que si todavía tienes dudas… aquí llegan #diezformasde llevar vestido largo cuando hace frío.

1. Con abrigo largo

Y todos contentos. Vestido largo, pues abrigo largo. Si asoma un poquito por el bajo y es vaporoso, doble check!

2. Con abrigo de pelo

Ya sea corto o tres cuartos, el resultado no puede ser más setentero. Cual Ángel de Charlie, causarás sensación

3. Con blazer

Me encanta el efecto del vestido largo bajo la chaqueta, tanto para diario como para algún evento especial tipo bodorrio con vestido largo y chaqueta esmoquin encima.

4. Con combat boots

Un combo muy noventero, a medio camino entre el grunge y DJ de Padres Forzosos, que une dos tendencias para conseguir looks en los que sentirte 100% cómoda.

5. Con camiseta debajo

Que nadie se me resfríe! Ante escotes descocados o tejidos más ligeros de lo exige enero, una camisetita debajo, como diría tu madre.

6. Con maxi jersey

Camiseta debajo o maxi jersey encima, en uno de los dúos de la temporada (y del que hemos hablado ya varias veces).

7. Con cazadora tipo perfecto

 Cuando el frío nos de una tregua, o para mediodías de solecito, cambia el abrigo por tu biker preferida para quitarle formalidad al maxi vestido.

8. Con abrigo de plumas

 El plumas está que lo tira, y si se atrevió a ser compinche del vestido de fiesta, el maxi es juego de niños. Corto o largo, tú decides.

9. De punto

Una micro tendencia con la que hacer frente a esos días de y-ahora-que-me-pongo con nota.

10. Con maxi rebeca de punto

El lado más country del vestido largo brilla con un maxi cardigan como compañero. Mejor con cinturón para que no resulte demasiado a la conquista del oeste.

¿Ponemos un poco de cordura y devolvemos el vestido largo al invierno?

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Mis Nocheviejas callejeras hace años que quedaron atrás, y es que son muchos años ya en los que me conformo con llegar despierta a la campanadas de Canarias. Pero como sé que hay muchas que no perdonan esa noche por nada del mundo, y que planear modelito para la misma es casi una obligación, aquí van mis #diezformasde convertirte en la reina de la noche sin arruinarte en el intento, claro.

1. Con plumífero plateado

Ay, qué tiempos en los que una buscaba un abrigo de paño hasta los pies, tipo Matrix pero en versión calentita, para que el largo del vestido no asomara por debajo… Pasar frío no es de guapas, así que el plumífero se admite en tus noches de parranda, eso sí, con el toque sofisticado de la plata. Este es de Bershka y cuesta 39,99 euros.

2. LBD con toques brilli

¡Que se note que es Nochevieja! La noche del brillerío por excelencia, que puede ser elegante, como un LBD con destellos brilli brilli. Ya sabéis que este mono de Bershka me tiene conquistada. Su precio, 29,99 euros.

3. Lentejuelas midi

Si hay un largo que ha protagonizado 2018, ese es el midi; y las lentejuelas han reinado desde la primavera hasta el invierno, pasando por el verano. De su unión, el vestido lentejuelero midi. Fiestero a la par que elegante. Este es de Uterqüe y su precio, 129 euros.

4. Rombos + cuadros

Saca tu lado más lady de fiesta con esta combinación ganadora frente a suegra y pista de baile: cuadros + rombos. A lo Michael Kors. El cardigan es de Zara y cuesta 25,95 euros.

5. Top lentejuelas

Hace años que los vaqueros se ganaron el derecho de salir de fiesta, así que no te cuento ninguna novedad si te sugiero que los combines con un top de lentejuelas, como este de Zara que cuesta 29,95 euros.

6. Con vestido fancy

Que no sabemos lo que es fancy, pero debe ser algo así como dándolo todo en plan pastelito de peli americana. Que también tiene su punto. Apúntate con este vestido de Sfera que cuesta 59,99 euros.

7. Con top nudo

Os voy a permitir un poquito de trampa. Porque lo del bralette debajo de la chaqueta mola, pero no queremos que nadie se resfríe. Así que añadimos un poquito de abrigo con este top de Zara, que si no fuera por mis flancos ombligueros… me encanta. Cuesta 39,95 euros.

8. De rojo

El color por excelencia de fin de año, que aunque parece que ha perdido un poquito de tirón como tradición, sigue siendo apuesta segura. Este vestido es de Wild Pony y cuesta 80 euros.

9. Vestido tercipelo

Si eres de las que a casa de tu madre/suegra nada de escotes ni minifaldeos en estas ocasiones, saca tu lado niña buena con un vestidazo de terciopelo como este de Zara, que si tuviera algún plan fiestero, sería mi primera opción. Cuesta 89,95 euros.

10. Con zapato joya

Porque todo es susceptible de mejora con un zapato joya, si no te apetece partirte mucho la cabeza con el modelito del 31, tira de zapatos con algún detalle de strass para dejar claro que esta es tu noche. Estos son de Violeta by Mango y cuestan 49,99 euros.

¿Tenéis ya pensado el estilismo de Nochevieja? ¿O será algo así como con-pijama?

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En un nuevo giro dramático, el animal print abre su próximo capitulo esta temporada: en forma de jersey. Sólo hay que darse una vuelta por las novedades de nuestras tiendas para confirmar que de vez en cuando la tendencia puede ser práctica. Y yo no pienso dejar pasar esta oportunidad…

Y es que además es un doble check: jersey (prenda de la temporada) + print animal (plaga de la temporada). Imposible resistirse a propuestas como esta de Stradivarius, que cuesta 25,99 euros.

En la misma línea está este de BDBA, que visualizo con una mini negra convertido en tu uniforme de salidas pre-navideñas. Su precio, 69 euros.

Aunque yo tengo mi preferido, así que no me lo vayáis a quitar. Porque el animal print también puede ser de color de rosa, es de Bershka y cuesta 22,99 euros.

Quizá la propuesta más original de esta selección sea la de Mango, perfecta si has alcanzado ya tu grado de saturación máxima de estampado leopardo. Su precio, 35,99 euros.

Y terminamos la selección con print animal con ribetes en negro, de la mano de Pull&Bear. Se queda en 29,99 euros.

¿Deberíamos plantearnos añadir uno a nuestra lista para el Black Friday? Que ya hay que ponerse…

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Puede que sean etapas, puede ser que sean los años, pero llega un momento en el que lo que más se agradece a la hora de vestirse es la facilidad. La facilidad en el uso, en la combinación, en la comodidad. El saber que te has montado un estilismo aparente sin tener que romperte la cabeza. El atesorar varias prenda clave que en cualquier situación, te salvarán la vida.

Y puede que la respuesta a mis pleagaria sea el último lookbook de Zara. Su título, Clean Lines, da una pista de lo que nos podemos encontrar en lo que seguramente sea el último editorial antes del rinconcito ordenado. Con una primera imagen que resume a la perfección mi planteamiento: un vestido blanco, especial pero ponible, con un complemento que le da el toque de gracia. Dicho y hecho.

Confirmando además que lo sencillo no tiene por qué ser aburrido: así lo demuestra la falda plisadas con largo midi y top cropped o la camisa clásica con shorts metalizado.

Las superposiciones son otra forma sencilla de darle vida a nuestro armario, y por eso una de mis asignaturas pendientes es hacerme con un cuerpo transparente para ampliar la usabilidad, por ejemplo, de los vestidos con tirantes espaguetti.

Lo sencillo no tiene por qué ser aburrido y hasta puede ser atrevido, como bien lo demuestra esta falda de punto con bralette y cardigan… Me da la risa porque con esa silla de oficina me imagino a la chica yendo a la fotocopiadora tal que así. Causaría sensación seguro!

Más contrastes con la mini metalizada con la sudadera chandalera, un poco videoclip pero que así en la foto queda genial. La muchacha de la silla se ha sentado y me he fijado en las zapatillas babucha blanca: les tengo una manía total a esos zapatos, no sé si soy yo o se me van saliendo a cada paso por la calle.

Una túnica con abertura lateral puede ser una prenda llave, sobre todo si en lugar de lucir pierna cabaretera le metemos debajo unos pitillo o incluso unos shorts. Un estilismo muy Jacquemus al alcance de todas.

Siempre lo digo: nunca entendí la manía que le tenía mi madre al lino hasta que tuve que plancha mi propia ropa. Por eso con los tejidos así como arrugados tengo un dilema: por un lado, son el sueño de toda mujer; pero por otro, me quedo con la sensación de que va a haber alguien que no va a entender mi estilismo. La línea entre lo trendy e ir arrugada es muy delgada…

Y en caso de emergencia (o que el despertador suene tarde y no tengas el modelito preparado) un estilismo que bien podríamos guardar en una vitrina con un cartel que dijera usar sólo en caso de emergencia: camisa metalizada con pantalón negro de tiro alto.

¿Es el minimalismo fashion un valor en alza? ¿O antes muerta que sencilla?

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Cuando comencé a verlo por todas partes, sobre todo en Mango, pensé que se les había ido la cabeza y que sería una tendencia con las patas muy cortas. Pero antes de que me haya dado cuenta está en todas partes. Un color que no favorece especialmente, que no es fácil de combinar y que tampoco es especialmente veraniego. Así visto, tenía que triunfar. Y aquí lo tenemos. Llega el malva.

Aunque a mí me guste más llamarlo lila. Color que recapacitando vimos en los desfiles para esta temporada, desde Zac Posen hasta la Alta Costura de Christian Dior. Y de ahí directamente a Mango, que se ha convertido en uno de los valedores del malva esta temporada, con propuestas como este pantalón paper bag que cuesta 39,99 euros.

En H&M vestido plisado perfecto para eventos veraniegos, con costura de volantitos en la cintura y falda de vuelo, que tiene un precio de 29,99 euros.

El malva también lo da todo en top calados y con largo cropped top y volantitos, que pide un vientre plano a voces. Es de Stradivarius y cuesta 15,95 euros.

¿Eres de las que reservas los experimentos para los complementos? Estas sandalias de Zara serán tu pase de acceso al malva. Metalizadas y con pulsera al tobillo, su precio es 25,95 euros.

Si teníais alguna duda, el siguiente “conjuntito” os va a encantar. Y es que cuando la tendencia es costeada, sabe mejor. Suéter y falda de Intropía, que me apunto para rebajas. El primero cuesta 90 euros; la falda, 140 euros.

¿Criará malvas tu armario este verano?

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Los expertos dicen que es el pantone de la temporada. Es decir, no sólo el color de moda, sino el tono específico dentro del color. Lo llaman rosa cuarzo, empolvado, claro, pastel… Vamos, el rosita de toda la vida. El 2016 ha sido su año, pero le dio unos meses más de reinado, al menos hasta primavera. ¿Dispuestas a ver la vida de color de rosa?

La verdad es que a pesar de ser un color claro, se desenvuelve con bastante naturalidad en ambientes invernales, tanto con medias como en tejidos gruesos como el terciopelo o el satén.

Los abrigos son su principal campo de acción, y hay que agradecerle que sea un poquito más sufrido que el blanco a la hora de aguantar ya no las manchas, sino el simple roce de usarlo.

Me encanta la idea de mezclarlo con otros rosas empolvados de distinta intensidad, aunque para el día a día pasa la prueba del algodón con un pantalón negro.

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Porque hay clones que está claro que tienen que caer, y después de varias aproximaciones, aparecen en su mayor esplendor. Esta temporada el mejor ejemplo de clon escurridizo estaba siendo el del estampado de gatos, que había aparecido en Dolce&Gabbana, Stella McCartney y Gucci, pero que todavía no nos habían regalado en versión low cost. Ha tardado, pero ya tenemos clonazo. Una vez más, gracias, Amancio.

Un aplauso de cariño para los diseñadores zareros, que nos traen esta versión que seguro que no os ha pasado inadvertida (gracias a Elena R. que también me lo ha enviado). Y es que el parecido es innegable, evidentemente dejando a un lado el color, pero más teniendo en cuenta que el cuello que vimos en el desfile es un añadido. El original de Dolce&Gabbana cuesta 1.550 euros; el clon de Zara, 39,95 euros.

Otra versión de los gatitos, un tanto más freak, es la que nos presenta Gucci, con estos minimos que me recuerdan a los dibujos de las cartitas de olor que coleccionaba cuando pequeña (que ahora que caigo, menuda estupidez de coleccionismo). En H&M se han atrevido con una fortuna un tanto cuestionable, pero como hoy estoy generosa, aquí os lo dejo. El de la firma italiana cuesta 1.200 euros; el diabólico de H&M, 24,99 euros.

Ha sido verlos en la sección Evening de Zara y venirme un flashback de #estomesuena. Y tanto, como que los pendientes son clavados a estos otros del Resort 2015 de Céline. No tengo precio del original, si de los cloneros: 12,95 euros. Creo recordar que Mango también tuvo su versión la temporada pasada.

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Me agobian. En superior a mí. Son calentitos, a veces incluso necesarios, pero ese contacto permanente en el cuello me mata. Es curioso porque pañuelos o bufandas me encantan, pero cuello alto en modo jersey no. Una vez más, me gusta verlo en las demás, pero en este caso, el no usarlo no es cuestión de atrevimiento. Lo llamen como lo llamen. Cisne, turtleneck, alto, Perkins… Así que aquí os presento todos los estilismos  en los que NO me voy a inspirar.

Porque el frío ha llegado y el ciclo de la moda los ha despertado de su letargo. Y aunque ha habido brotes de absurdismo modil (y no me digáis que el aire acondicionado los hace necesarios), el cuello alto es no es para el verano.

Perfecto para esos momentos off-duty, en punto grueso y con leggins de piel

Su uso para la oficina es más conflictivo, por aquello de que calefacción + cuello alto es un combo que me da mareos (literalmente).

La piel hace buena pareja con el punto, y además de los pantalones, las cazadoras perfecto quedan así de bien. Eso sí, que el punto sea fino, porque si no lo complicado será mover el brazo.

Su lado más lady viene con vestidos y minis. Reconozco que si tuviera que ceder, me decantaría por uno de punto súper grueso, como el de la Palermo, aunque tengamos otra vez el problema de movimiento de extremidades.

Sofisticados con faldas pareo o abertura lateral (la Palermo es muy fan del cuello vuelto, ha quedado demostrado)

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