Cómo ser una “It Woman” a los 50. Lo que necesitas es amor
La Generación X representamos a un grupo de mujeres a las que la edad nos ha dotado de grandes talentos, eso que quede claro. Somos atractivas, deseables, sabias, tolerantes, comprensivas, y con un poquito de “mala leche”, gracias a la cual sobrevivimos a situaciones indeseables. Estamos en ese punto de maduración delicioso, todavía con proyectos, fuerza, curiosidad, con ganas de seguir experimentando nuevas sensaciones y vivir grandes historias de amor.
Jugamos con la picardía y la seducción como nadie. Somos sexys porque somos seguras, somos apetecibles porque nos conocemos bien a nosotras mismas, somos deseables porque tenemos un pasado y todas estas cualidades se consiguen con los años y con los vaivenes de la vida. ¡No hay otra forma! La mayoría de nosotras ya hemos tenido una o varias relaciones, hemos aprendido de los errores; unas por las buenas, algunas a tropiezos y muchas no aprendimos nunca. Pero gracias a ese aprendizaje sabemos lo que queremos cuando se trata de un hombre.
Antes de ponerte a buscar el amor, hay que recuperarse del “zarpazo” del desamor. Justo después de una separación no es buen momento para lanzarte a los brazos de ningún hombre, por muy Adonis que te parezca. No te precipites en busca de una nueva relación, recupérate, aprende a quererte de nuevo, ponte fuerte y aprovecha este tiempo de “libertad sentimental” para hacer todas aquellas cosas que no habías podido hacer estando en pareja. Apúntate al gimnasio, a pintura o a macramé, sal con tus amigas y amigos, pasa más tiempo con tu familia, dedícate tiempo a ti misma e, incluso, experimenta aventuras amorosas, cuantas más mejor, pero sin vínculos afectivos. Lo importante, de verdad, es evitar la espiral de la autodestrucción Aunque pueda parecerte algo bestia lo que te voy a decir a continuación, creo que es un buen ejercicio para la desmemoria emocional: Vive como los alcohólicos, un… sólo por hoy!!! Sólo por hoy… no voy a pensar en él. Solo por hoy… no voy a echarle de menos. Sólo por hoy…. Y el día que la risas superan a los llantos, la ganas de salir al mundo a los días de apatía y la indiferencia al rencor, ha llegado el momento de lanzarse a la búsqueda de un nuevo amor.
Claves para encontrar un compañero de vida (que merezca la pena)
Actualiza tu cuento de hadas. Mal empezamos si a estas alturas sigues creyendo en los príncipes azules porque, querida, ya te habrás dado cuenta de que no existen. Me vienen a la memoria cientos de cuentos o películas animadas de Walt Disney con las que ha crecido nuestra generación. Esto marca, y mucho. Buscamos a nuestro príncipe azul, traducido en la actualidad como “el hombre perfecto”: rico, guapo, enamorado, detallista, con sentido del humor. ¿No te das cuenta de que a todas las princesas les pasa lo mismo? A todas las encierran bajo llave, las duermen o las envenenan… y tiene que venir el príncipe valiente a rescatarlas. ¡Cambia el chip! No buscamos a un C.S.I, sino a un compañero de vida que nos alegre nuestros días y nuestras noches. Hago un inciso para recomendarte una lectura muy sanadora: “La princesa que creía en cuentos de hadas”, de Marcia Grad. La delicada Victoria crece soñando que algún día será rescatada por un príncipe encantador, pero cuando es “salvada” las cosas no suceden como había previsto y el príncipe deja de ser encantador… Un relato locuaz que simboliza el viaje que todas hacemos en la vida a medida que separamos la ilusión de la realidad.
Plántale cara a tus inseguridades. Si te preocupa no ser lo suficientemente atractiva para el sexo opuesto, si te da pereza empezar de cero una nueva relación (la excusa más extendida), te falta fuerza y energía (pero sin embargo te sobra para trabajar), si crees que ya no hay hombres como los de antes (bastante recurrente también) o te preguntas si serás capaz de disfrutar del sexo con alguien que no sea tu marido (ya te digo yo que sí)… Supera esos miedos. Es normal sentir cierta inseguridad, pero es como cambiar de trabajo, una vez superado el shock inicial, todo va rodado.
Cambia el look. No te encierres en casa compadeciéndote, maquíllate, péinate, ponte ideal y sal a patear las calles. No te descuides. Que tengas una edad y un pasado es algo bueno, no te fustigues. Convive con tus arrugas y tus flacideces, pero si algo es susceptible de mejorar… ¿por qué no? Empieza cambiando tu imagen; tampoco necesitas una transformación drástica (es decir, no te pongas rubia platino ni te pinches “bótox” como si fuera a acabarse el arsenal mundial). Es decir, no te conviertas en otra persona, pero sí en una versión mejorada de ti misma. Este paso ayuda a ver las cosas como un comienzo e inyecta grandes dosis de autoestima.
Piensa cómo es tu pareja ideal. Te preguntarás por qué… Pues porque a estás alturas de tu vida no quieres terminar con el mismo tipo de hombre al que dejaste (o te dejó). Te parecerá obvio, pero un porcentaje muy elevado de mujeres divorciadas vuelven a repetir los mismos errores y con el mismo estereotipo masculino. No caigas en ello. Con la cabeza fría, haz una lista de atributos que te gustaría que tuviese el pretendido. ¿Qué cosas no soportarías en él? ¿Qué virtudes son las que te atraen? ¿Qué cosas estarías dispuesta a negociar? Ponlo todo por escrito y así tendrás una referencia.
No te compadezcas de ti misma. Huye de la negatividad y deja de quejarte todo el día por lo mal que te va el amor. Sentirte pesimista, amargada y reiterativa en tu mala suerte no contribuye en nada a establecer nuevas relaciones, Cualquier hombre saldrá corriendo en la primera cita. Hay que romper con esa dinámica para ser feliz.
Todo para ti, nada para mí (y viceversa). Si empiezas haciendo muchas concesiones, malo, pero si el desamor te ha convertido en una egocéntrica, peor. Las relaciones de pareja, para que realmente funcionen, necesitan estar basadas en la interdependencia: compartimos un espacio común (espacio pareja), pero también un espacio íntimo y personal sólo para ti. El respeto, la tolerancia, la comprensión es una vía de dos sentidos, no lo olvides. Queremos una relación basada en la igualdad. ¡Juega en equipo!
Rescata agendas del pasado. Hoy es fácil. A golpe de Instagram o Facebook puedes localizar a tus amigos de adolescencia, a ese primer amor (que siempre pensaste que no se había escrito el final) o a aquel “buenorro” que ni se fijo en ti en su momento ¡pero quién sabe! En esta etapa no hay que esperar a que nos llamen, sino tomar la iniciativa.
Cambia de ambiente. Como dice mi profesor de yoga: desde la zona de confort no se alcanza la cima. En este momento que nos ocupa, lo traduzco algo así como “en los círculos sociales en los que te mueves está ya todo “trillado””. Apuesta por lugares nuevos y otras vías de ocio que todavía no has experimentado. Cuando salimos de nuestra zona de confort tenemos más posibilidad de encontrar parejas potenciales.
Dile a tus amigos que estás disponible. Igual que si buscas trabajo avisas a tus amigos, conocidos y entorno, pues lo mismo con el amor. ¡Hoy por mí, mañana por ti! Diles que estás abierta a conocer a nuevas personas y seguro que te tendrán en cuenta al organizar fiestas, cenas y eventos varios. No es garantía de que conozcas a alguien interesante, pero aumentan las probabilidades.
Mejor bien acompañada. Soy de la opinión de que 5 amigas ligan más que 2 (para que hablar de ir sola en busca de hombres). Las posibilidades de acercamiento de varones son mayores, además de ser un gran apoyo para no sentirte descolocada en situaciones de acercamiento. Sal de bares, mercadillos, conciertos, exposiciones, eventos culturales…. Mira el calendario de actividades online de tu ciudad y tantea el terreno. ¡Ojo! No quieras ser una “teen adult” o una “viejoven”. No se trata de hacer lo que hacías con 20 años, ni pretender vivir el sueño de la marmota, tienes una edad divina para hacer un montón de planes y toda la libertad del mundo para divertirte. Es el poder de adaptación lo que hace a los humanos sobrevivir.
¡No seas antigua! Apúntate a un sitio online para encontrar pareja. Buscar un nuevo amor en internet cada vez es más normal (conozco varios segundos matrimonios que se enamoraron con un click). No es denigrante, ni triste, ni vergonzoso. Cuando el ritmo de vida es vertiginoso o las posibilidades de conocer hombres limitadas, el flirteo cibernético es la mejor vía. Las webs de contacto se han puesto las pilas para dar respuesta a la creciente demanda (¿ves como no eres la única?). Hazme un favor: cundo escribas tu perfil, pon una foto actualizada y una descripción real y, por favor, por favor, por favor, no mientas sobre tu edad.
Y recuerda que el amor puede surgir en cualquier momento y cuando menos te lo esperes, así que ya sabes… siempre atenta a las señales, bien mona y, por supuesto, depilada… por si las moscas.
Esta semana me despido con un grupo legendario, The Beatles, y uno de los grandes himnos al amor de toda la historia: All you need is love.
¡Que lo disfrutes!